VIVENCIAS

El poder de la estupidez

Carlo Cipolla analiza el poder de la estupidez desde la perspectiva política, económica o burocrática, que aumenta el potencial nocivo de una persona estúpida. Preguntándose de qué es lo que vuelve peligrosa a una persona estúpida, esto es, en qué consiste el poder de la estupidez.

Califica a los estúpidos como peligrosos y funestos, siendo difícil a las personas sensatas imaginar y entender un comportamiento estúpido. Lo analiza confrontando la lógica del malvado, accionar que sigue un modelo de racionalidad, aunque perversa. Se trata de un asunto matemático, añadir un más a su cuenta, que sin ser suficientemente inteligente imagina métodos con que obtener más para él, un más para los demás, obteniéndolo, dando menos a su prójimo, lo cual no es justo, pero es racional, y siendo racional puede preverse y preparar las oportunas defensas.

Con la persona estúpida es casi imposible prever racionalmente el ataque, porque persigue sin razón y un plan preciso, en los momentos y lugares más improbables e impensables, de cuándo, cómo y por qué, llevará a cabo su ataque, frente al cual se estará completamente desarmado, ya que siendo erráticos e irracionales sus actos hacen problemática y extremadamente difícil la defensa y el contraataque.

El estúpido es más peligroso que el malvado porque no sabe que es estúpido, de ahí proviene su poder devastador, que aparecerá de improviso con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, para echar por tierra los planes, destruir la paz, complicar la vida y el trabajo, hacer perder dinero, tiempo, buen humor, apetito, productividad, y todo esto sin malicia, sin remordimientos y sin razón. Estúpidamente.