ENFOQUE

Políticas en Latinoamérica: el estado de lucha por la libertad y la seguridad

Comienzo mi intervención con una frase de un famoso filósofo marxista italiano de finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX, Antonio Gramsci, inspirador del posmarxismo, y evidentemente un antípoda nuestro, pero que dijo algo que es aplicable a los que profesamos los principios republicanos, democráticos y de libertad. El dijo y lo cito: “La indiferencia es el peso muerto de la historia”, cierro la cita.

Batalla Cultural

El Dictum anterior es muy aplicable a Latinoamérica en lo concerniente a los que guardamos una cosmovisión de la civilización occidental, pero que hemos adolecido de divulgarla y presentarla activamente en la arena pública.

La izquierda, en cambio, siempre ha sido mucho más proactiva y cuando ha tenido que cambiar sus tácticas lo ha hecho sin el menor sonrojo.

Volviendo a la famosa frase de Antonio Gramsci, los que creemos firmemente en los valores democráticos no debemos mostrarnos indiferentes ante la estrategia socialista y combatirla con las armas que nos dan las mismas instituciones democráticas. Vemos como existe una influencia de la sociedad civil organizada por medio de ONG’s, agencias y fundaciones globalistas con cantidades de recursos para imponer su agenda por encima de las instituciones democráticas y representativas. Así es que van imponiendo su filosofía woke y todas las políticas públicas que comporta; tales como la ideología de género, el aborto, las fronteras abiertas, y sus políticas colectivistas.

Fin Dictaduras

Después de la caída de la Unión Soviética, cuando entendíamos que el socialismo había “fallecido”, vimos como en América Latina se recicló con el denominado Socialismo del Siglo XXI con el Teniente Coronel Hugo Chávez Frías en Venezuela después de un Golpe de Estado que a propósito de Golpes de Estado, nunca vituperado por la izquierda liberal, que sí condenaba los golpes militares cuando no servían a sus intereses ni a su narrativa dogmática. Con el ensayo, ya enraizado postmortem de Hugo Chávez, en Nicolas Maduro, Diosdado Cabello y compartes. Pero como sabemos antes de eso surge en 1990 el Foro de Sao Paulo orquestado por Fidel Castro y Lula Da Silva, que agrupa a todos los partidos y gobiernos socialistas de América. Partidos que juegan a la democracia, pero que paulatina y sigilosamente van engrampando objetivos con los que anulan las instituciones democráticas. Esgrimen la igualdad para las masas, como su discurso base, repartiendo las riquezas de los países a expensas del aparato productivo y de la iniciativa privada. En sus gobiernos nunca han reducido la pobreza, aunque si han ganado votos para los políticos burócratas asistencialistas.

Project 2025 de la Heritage

A sabiendas de que la igualdad que se debe buscar en toda democracia es ante la ley y de oportunidades, porque como adujo Friederich Von Hayek, cito: “Es imposible que un incremento del nivel de vida, debido a la innovación, al ahorro y a la inversión, se de al mismo tiempo para todos” cierro la cita.

Es evidente pues, que el peligro latente y en curso, en países de la región “es el completo control del Estado sobre la propiedad privada y la gradual abolición de la libertad en la vida económica, con el aumento de impuestos, la descapitalización de las empresas a través de tramites (permisos, tasas prohibiciones y reglamentos) limitando la libertad de gerencia de los dueños de las mismas”, que a fin de cuentas son los que crean los empleos y el crecimiento económico de las naciones.

Gran Alianza

Es necesario pues, crear una línea de apoyo y confluencia de esfuerzos coordinados de las organizaciones conservadoras para contrarrestar ese avance político de las izquierdas con una estrategia de respuesta inteligente.

Y como dominicano no puedo dejar pasar el tema de Haití y sus implicancias para la seguridad en todas sus vertientes, para la República Dominicana y la región del gran caribe y hemisférica. Con el “handicap” de una Administración demócrata en La Casa Blanca que no enfrenta el desborde migratorio, ni aquí, y con pocas esperanzas de solidaridad allá en República Dominicana que coadyuven a controlar la llegada de inmigrantes ilegales, sin ningún tipo de documento de identidad.

Haití

No sabemos hasta que punto los hermanos hispanoamericanos y nuestro principal socio EE.UU. estén persuadidos de que con el descontrol de la frontera y por ende, de la inmigración ilegal se propicia una balcanización de la Isla Española, con un Haití regido por pandillas tribales, sin nadie ni ninguna institución a las cuales rendirles cuentas.

Somos dos pueblos en una misma Isla: Haití con 27,750 km2 y 11,4 millones de habitantes y República Dominicana con 48,442 Km2 y unos 11.5 millones de habitantes, y una frontera de 376 Km, pero una frontera muy diferente a las que existen entre países culturalmente similares, pues Haití tiene una cultura, costumbres, religión y modus vivendi opuestas a las del dominicano.

La indiferencia de organismos supranacionales y potencias nos hace pensar que están cavilando que la solución de Haití está en República Dominicana, y eso no es ni será posible. De hecho, no es viable la fusión de un Estado fallido con uno exitoso como Democracia Liberal. Además, de la amenaza del Vudú que va contra los valores cristianos que caracterizan a República Dominicana, hay una proliferación peligrosa de Mezquitas musulmanas en territorio haitiano y una incipiente, pero no menos peligrosa construcción de mezquitas en República Dominicana, obvio que este no es el escenario para entrar en los detalles de los riesgos que implica esta religión política, que al crecer en número impone la Ley Sharía a su prójimo, y sirve de “proxy” al terrorismo anti-occidental contra sus instituciones democráticas. De ahí que Haití puede ser una bomba de tiempo para acrecentar la inseguridad regional. No olvidemos que Irán, China y Rusia ya tienen tentáculos en países de América Latina con sus socios progresistas del Foro de Sao Paulo y el Grupo Puebla.

Misión Parlamentaria

Nos hemos erigido en nuestro Parlamento como muro de contención a la andanada de legislaciones progresistas que se insertan como iniciativas, con la complicidad de ONG’s y organismos supranacionales que irrespetan las Constituciones Políticas que como Estados soberanos y de derecho nos caracterizan.

Y a la vez, presentamos iniciativas de ley, tales como la creación del Ministerio de la Familia, fortalecimiento de la Educación Moral y Cívica, establecimiento de la Educación en el Hogar, el Servicio Militar Obligatorio, Defensa de los Símbolos Patrios, la reducción de impuestos, la reducción del aparato estatal, entre otras iniciativas que comprenden el ámbito económico y social.

El autor es Diputado al Congreso Nacional de la República Dominicana

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