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Minerd-Mescyt: fusión, ficción o reinvención

Con poco más de 48 mil kilómetros cuadrados y aproximadamente 11.5 millones de habitantes, ¿es válido contar con 23 ministerios, 31 provincias y el Distrito Nacional, 150 municipios y 235 distritos municipales?

Una reforma de la administración pública debería ir mucho más lejos de lo que hasta ahora se plantea.

Ahora lo que ha levantado más inquietudes es la denominada fusión de los ministerios de Educación y de Educación Superior, Ciencia y Tecnología.

De 21 países revisados en la región Iberoamericana solo 4 (Cuba, Venezuela, España y nosotros) mantienen dos ministerios separados.

Para la mayoría, el sistema educativo es dirigido por un mismo ministerio.

Tengo la impresión de que la reacción predominante a la propuesta la entiende como una fusión por absorción: el MINERD, más grande, absorbe al MESCYT.

En el mundo empresarial, se entiende por fusión un proceso a través del cual dos o más empresas se unen para operar de manera conjunta o para crear una nueva entidad, caso en el que las organizaciones desaparecen para dar lugar a una nueva.

En el caso que nos ocupa hay, por supuesto riesgos, ya de pérdidas (retroceso, esgrimen algunos) o de tropiezos.

También puede haber oportunidades.

¿Y si no habláramos de fusión y habláramos de reinvención? Reinvención que origine una nueva, replanteada entidad ministerial.

Una fusión que no reinvente terminaría en una ficción porque no se lograría ninguno de los posibles objetivos a perseguir.

Hay temas de gobernanza, de diseño y estructuración, de capacidades y perfiles profesionales de los integrantes de la posible entidad resultante

Los ministerios son responsables de diseñar, impulsar, dar seguimiento, evaluar y rendir cuentas por políticas públicas. Es decir, de timonear.

Para ejecutar están las agencias (instancias descentralizadas y/o desconcentradas), adscritas a los ministerios y que deben seguir en el cumplimiento de sus funciones las directrices de política pública y de ejecución presupuestaria decididas por estos, para lo cual están especializadas por su diseño, estructuración, capacidades y perfiles de sus integrantes. Es decir, remar.

Un nuevo ministerio deberá contar con una sana gobernanza y un diseño apropiado para responder a los distintos subsistemas educativos, desde el primario hasta el de educación superior.

Contaría con un consejo nacional de educación preuniversitaria y otro de educación superior que gocen de una respetabilidad idónea para ofrecer una gobernanza robusta, representativa y de alto nivel (debe tratarse de un ministerio ambidextro, con los centros escolares, por un lado, y las universidades con su verdadera autonomía, por el otro).

Con un estamento gerencial de fuste, apoyado por especialistas en educación en sus distintas vertientes, pero igualmente por economistas, ingenieros industriales, sociólogos, especialistas en políticas públicas, en logística, y otros campos profesionales. Capaz de dirigir los procesos que el buen funcionamiento de un sistema educativo complejo y diverso demanda.

Enfocado en timonear, estaria acompañado por agencias especializadas en funciones operativas; de hecho, tal es el caso del actual ministerio de educación con sus institutos especializados, por ejemplo el INAFOCAM, en formación continua del magisterio, o el INABIE, en bienestar estudiantil.

Ese podría ser el caso del programa de inglés por inmersión, que podría estar a cargo de una agencia especializada, ser tercerizado a otra entidad con las capacidades apropiadas - ¿UNICDA podría ser? - o traspasada esa función y tarea a INFOTEP.

Estas agencias estarían bajo la égida de las políticas públicas establecidas a nivel ministerial, bien coordinadas y con asignación y supervisión presupuestaria desde ese mismo nivel.

En la actualidad la inversión en educación (incluyendo la superior) ronda el 4.3% del PIB; se podría aspirar, a que se llevara al nivel del 4.5% del PIB, aun lejos de lo propuesto por la Estrategia Nacional de Desarrollo.

Esto al margen de la solución, diferenciada, que se ofrezca al rol gubernamental relativo a la ciencia y tecnología (¿e innovación?), cuestión que no abordamos en este artículo.

Todo esto debe hacerse cumpliendo con la Ley Orgánica de Administración Pública, mediante normativas del mismo nivel que aquellas que han dado origen a los ministerios a ser reemplazados con la reinvención en una nueva entidad.

Se trataría entonces de una reinvención creadora de una nueva entidad.

De otra forma, muy probablemente, estaríamos ante un espejismo, más de lo mismo, una ficción.

Rector del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec)