Pensando
Reflexión dominicanista
Las familias dominicanas que han educado sus hijos con dignidad y honradez, sienten frustración de cara a un sistema político y social sumido en las violaciones a la ley, los atracos, el soborno, el chantaje e irreverencia a los principios; donde en esta mal llamada democracia, la compra de conciencias de los ciudadanos a través del erario producto del sacrificio tributario, no contribuye a lograr el saneamiento y seguridad social estimulados por la corrupción. La falta de paradigmas de moralidad y sectarismo político obstaculizan la vía a nuevos lideres, que aporten mejores soluciones en el ejercicio transparente de nuestros recursos patrimoniales. Se hace necesaria la vocación patriótica para sobrevivir a una invasión silente, adornada por la traición y la ausencia de valores cívicos. Basta ya de reformas a la Constitución, obedeciendo a intereses políticos y empresariales en detrimento de las grandes mayorías nacionales. Retomemos los lazos de confianza para lograr nuevas fuerzas, con la esperanza de transitar el camino hacia el imperio de la ley y sus consecuencias. Juan Pablo Duarte exclamó: “Trabajar por y para la patria es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos”. Luchemos por la equidad de los dominicanos sin perder la fe en Dios, en la justicia de nuestra causa y en nuestros propios ideales. No aceptaremos que los representantes de intereses foráneos roben nuestros sueños cual usureros de oportunidades. Nuestra nación se concibió en el sacrificio de muchos dominicanos que ofrendaron sus vidas por nuestra identidad. ¡Dios, Patria y Libertad!