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SIN PAÑOS TIBIOS

Parquéate Bien… mal

Transitar por el polígono central ya ni siquiera genera asombro por el absurdo de “Parquéate Bien”, que implementa el INTRANT desde septiembre de 2022. No por la legalidad de la disposición, que le sobra; ni mucho menos por su viabilidad, sobre la base de si es funcional o arbitraria; pues si la vemos como una medida aislada, es insuficiente; y si la vemos como parte de un paquete de medidas complementarias entre sí, es un fracaso.

Sería injusto acusar al INTRANT o la DIGESETT de hacer su trabajo, y esto incluye someterse a sus normativas en lo que respecta al programa “Parquéate Bien”. Por lo que, aunque demos vueltas y vueltas en torno a unas mismas cuadras buscando un parqueo en dónde estacionar, no podemos ceder al impulso de parquearnos a la izquierda de la vía, so pena que el vehículo sea removido por la grúa, como en efecto ocurre en Naco con una virulencia inusitada.

Prescindiendo de analizar la racionalidad de la medida, lo que corresponde es verificar su pertinencia en función de si logra el fin que persigue. Esto es, encuadrada en un contexto más amplio de intervenciones que requería que, en paralelo a la política de restricción de estacionamientos, hubiera una red operativa de parqueos públicos que compensara las pérdidas de plazas disponibles para estacionamientos en las calles, por espacios en parqueos seguros, focalizados y distribuidos en la ciudad.

Mientras, un conductor no sólo no encuentra un parqueo disponible cerca del lugar hacia donde se dirige, sino que debe aparcar a cuadras de distancia, y ser testigo de cómo los agentes de la DIGESETT –y grúas de “Parquéate Bien”– remueven y multan inmisericordemente, a la par que se muestran indiferentes a los reclamos de quienes les preguntan: “¿Agente, y dónde me parqueo?”.

La inutilidad de “Parquéate Bien” es consecuencia directa del fracaso del “Plan Nacional de Parqueos de Uso Público”, anunciado el 12 de enero de 2021 (¡Hace tres años y ocho meses!) y que bajo el liderazgo (¿aplica la palabra?) del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), prometió la construcción de “20 edificaciones para ser destinadas a áreas de estacionamiento de vehículos”, y que a la fecha no ha construido un solo parqueo (¡Ni siquiera uno!), resultando un rotundo y absoluto fracaso que evidencia el nivel de incompetencia, ineptitud, irresponsabilidad, indiferencia y mediocridad de la cartera… por no hablar de circunvalaciones, 14 carriles, puentes y demás yerbas aromáticas.

Mientras tanto, a la ciudadanía lo que toca es embromarse (con J), y dar vueltas y vueltas buscando parqueos que no existen; montarse en sistemas de transporte colectivos que tampoco existen; o caminar por aceras destruidas, etc. A otros nos queda el deber de denunciarlo, aunque la delgada epidermis funcionarial reaccione con un cuadro alérgico a unas críticas que no necesitan más verificación que dar vueltas en círculos a cualquier cuadra de la ciudad.