El cónsul de Palestina

Parece que Palestina no tiene hoy dolientes en República Dominicana. A pesar de una comunidad importante, formada por decenas de familias descendientes de inmigrantes sirios, palestinos y libaneses (que hasta un club tienen frente al malecón capitaleño), poquísimas han sido aquí las expresiones de solidaridad con las tierras ancestrales, hoy víctimas de un genocidio.

Nos dicen que hay un dominicano como cónsul honorario de Palestina en el país. Desconocemos su nombre, pero al parecer algo sucede. Porque, caramba, ni una sola palabra en defensa de un pueblo que hoy es asesinado, mucho menos una voz de alarma ante la complicidad del gobierno dominicano con el Estado sionista.

Los pueblos del mundo, y no pocos gobiernos, levantan hoy sus brazos para que cese la destrucción de Gaza y también las recientes masacres en el Líbano. Pero en República Dominicana, no hay señal alguna del cónsul que dice representar a Palestina. Mientras, un heroico pueblo da la cara al invasor colonial y paga hoy con la vida de sus hijos la dignidad de su historia y su cultura.