ENFOQUE
La República puede renacer
El 6 de agosto de 2022, ProNación (Centro de Pensamiento y Acción por el Proyecto Nacional) impulsó la Marcha Patriótica con el propósito de hacer renacer la lucha por nuestra soberanía como Nación. En ese momento, como pueblo de Dios, clamamos el auxilio de nuestro Señor por nuestra integridad, nuestros valores, la restauración de la Patria. Pedimos al Todopoderoso un nuevo renacer para nuestra República, amenazada, acorralada y en peligro de muerte.
Hoy, atrapados, con un Estado Nacional a la deriva, sometido al designio imperial, sin defensa internacional ni de los poderes nacionales, con una deuda externa IMPAGABLE, convertido en destino ideal para capitales desordenados, invadidos y desplazados en nuestro propio suelo por aquellos de los cuales nos liberamos para nacer como República, retomamos las palabras finales de la invocación que dirigimos previo al Manifiesto de la Marcha Patriótica.
A continuación las palabras finales de la REFLEXIÓN, INVOCACIONES Y BENDICIÓN, previo al MANIFIESTO DE LA MARCHA PATRIÓTICA DEL 6 de agosto del 2022 por el INSTITUTO DUARTIANO:
“Y, FINALMENTE, PIDAMOS PERDÓN por los desvíos de la República, CONFIANDO EN LA PROVIDENCIA DE DIOS SOBRE NOSOTROS, SOBRE LA CAUSA DE LA PATRIA.
A veces se dice que la obra de Duarte no ha sido completada. Pero lo que sucede es peor. No ha sido salvada. Y no puede ser completado lo que no ha sido salvado.
Durante años, mientras nuestro Estado Nacional se debilitaba, celebramos lo que llamamos progreso como el que compra muebles camino a perder la casa.
Mientras las encuestas reflejaban que los problemas principales del país eran la inseguridad, la corrupción, la pobreza, la crisis educativa y otros, estábamos siendo invadidos por medio de una frontera inexistente y una invasión estratégica, sin armas, con la penetración de los poderes extranjeros en medio de los organismos del Estado.
Mientras se decía que sacamos a miles de pobres de la pobreza, ingresaban al país miles de ilegales más pobres que los nuestros.
Mientras hablábamos de crecimiento, se nos sembraba la bomba del decrecimiento, por el efecto invasión, importando pobreza de personas que disminuyen el presupuesto de salud y aumentan el gasto social, y lo desnacionalizan todo.
Mientras hablamos de la crisis educativa, ingresaba a nuestra cultura por diversos medios la cultura tribal del invasor.
Y la invasión no es solo territorial, de ilegales, sino de las culturas que promueven los organismos internacionales, que destruyen nuestra soberanía demográfica, nuestros fundamentos sobre la vida y la familia.
Y ahora por la Providencia de Dios y los acontecimientos de Haití, hemos abierto los ojos a la realidad… Dios que puede sacar un bien del mal, abrió los ojos de muchos.
CON LA FE DE DUARTE, PERSEVERANDO EN LA UNIDAD Y CONFIANDO EN DIOS, SALDREMOS DE LA TRAMPA.
Necesitamos un nuevo comienzo.
Dice Dios, el Señor: Y yo los protegeré.
Decimos con el salmista: Por tanto, no temeremos aunque tiemble la tierra y los montes se hundan en el mar.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿A quién temeré?
Señor, Tú eres nuestra roca, nuestra fuerza.
Aunque camine por cañadas oscuras, no temeré.
Y el Señor nos dice: No dejemos que las luchas entre potencias, ni las pandemias, ni las otras luchas nacionales nos distraigan y desvíen del camino.
Dios está con nosotros y Su Providencia nos reúne.
Señor, de ti venimos, a ti iremos, en ti confiamos, en ti esperamos.
Bendice las obras de nuestras manos y líbranos del poder oscuro de la Comunidad Internacional contra nuestra Nación y conduce sus esfuerzos a favor de la restauración del Estado haitiano y del auxilio a su población.
Estamos en un Nuevo Comienzo, con todos los que se sientan verdaderamente dominicanos.
Señor, con nosotros, salva la Patria dominicana. AMÉN.