Desde mi pluma
Paula
La encontraron muerta en una alcantarilla en las afueras de su lugar de trabajo el pasado 22 de febrero. El hecho marcó con un profundo dolor a su familia y causó conmoción generalizada.
La manera en la que perdió la vida Paula Santana es solo un reflejo de las tragedias que vemos a diario, un reflejo de la decadencia social que permite que tales tragedias ocurran. Es un recordatorio de que aún hay mucho por hacer para garantizar la seguridad de todas las personas, especialmente de las mujeres.
La indignación que sentimos cinco meses después, no es solo por el acto atroz, sino por la aparente indiferencia y lentitud de las autoridades para actuar. No podemos aceptar que, hasta la fecha, no existan pruebas contundentes, que no haya un solo detenido a raíz de eso y que no se vislumbre una condena.
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