Relación entre la violencia y la cultura de paz

Comprender la verdadera esencia de la relación entre la violencia y la cultura de paz ha representado un desafío y quizás en muchas ocasiones una utopía para la humanidad. Esto en razón de los diversos factores multicausales y multidimensionales que inciden en la construcción de esos conceptos; los cuales pueden variar de acuerdo a las ideologías sustentadas en los mitos y los estereotipos que retroalimentan los sentimientos y, condicionan la esencia del desarrollo humano.

En esa misma línea, Johan Galtung expresó en el fragmento tomado de su obra “Tras la violencia”: «El potencial para el amor o la violencia está en el ser humano, pero las circunstancias condicionan la realización de ese potencial». En consecuencia, construir una cultura de paz comporta crear unas relaciones basadas en la cooperación, el apoyo mutuo y la creación de condiciones de confianza mutua de forma permanente. Premisa que correlaciono con la emblemática frase de Gandhi: «No existe un camino para la paz, la paz es el camino».

Lo precedentemente expuesto nos conmina a reflexionar sobre la importancia de lograr una vida libre de violencia, a través del diálogo constructivo, el uso de los mecanismos de resolución alternativa de conflictos, la crianza positiva, entre otras estrategias de convivencia civilizada. Esta visión de la paz fomenta el estudio de ciencias o disciplinas de la conducta humana, el espíritu y el desarrollo de las comunicaciones. Por esas razones, el desarrollo de las competencias cognitivas y actitudinales nos permitirá colaborar en la construcción de un camino de vida con sabiduría, afectos, empatía y solidaridad en pro de la cultura de paz.

En consonancia con lo anterior, entre los principios que sustentan la construcción de la cultura de paz, destacamos la disciplina constructiva, la cual consiste en elaborar normas de conducta positiva en la formación familiar y las aulas, estableciendo un protocolo de denuncias de la violencia con vías de acceso efectivo. También el principio de educación en valores para la convivencia ciudadana inclusiva con perspectiva de género. En adición, el principio de cooperación entre los países hermanos, fomentado a través del diálogo e intercambio de buenas prácticas de convivencia procultura de paz.

Las precitadas acciones contribuirán de forma directa a lograr un cambio de paradigma humano y social que nos enseñe que, ante las adversidades, la violencia y los conflictos entre los seres humanos, como muestra de nuestro ser imperfecto, siempre podemos aplicar una respuesta pacífica. A la vez, promover el desarrollo de la resiliencia como mecanismo de fortalecimiento y aprendizaje, con el objetivo de potenciar nuestros recursos naturales fomentados sobre la base de la sabiduría de Dios.

En consecuencia, tomando en cuenta que la construcción de la paz es responsabilidad de todas las personas, proponemos el desarrollo de un taller de reflexión que identifique los principales retos para alcanzar una cultura de paz en República Dominicana. En adición, nos permitirá conocer propuestas innovadoras tendentes a promover el desarrollo de la educación de cultura de paz.

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