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Presupuesto del 2025 sin reforma fiscal

El Consejo de ministros aprobó la política presupuestaria para el 2025, oficializando las previsiones macroeconómicas que sirven de base para la formulación del proyecto de ingresos y ley de gasto público del próximo año. Basado en el interés que reviste la postura fiscal del 2025 para los agentes económicos, asalariados y consumidores, es que resulta importante los principales aspectos que contiene el Informe de avance de las proyecciones macroeconómicas y fiscales del periodo 2025 al 2028.

El contexto económico actual de la postura gubernamental se caracteriza por el ambiente de reforma fiscal que pretende realizar, formalizada en el discurso del presidente de la República en su toma de posesión el 16 de agosto de 2024, cuando afirmó que presentará una reforma fiscal centrada en tres objetivos básicos: garantizar unas finanzas públicas sanas, reducir la deuda y asegurar los recursos para mejorar los servicios de salud, seguridad, así como las infraestructuras, fundamentales para el desarrollo nacional.

La posibilidad de que en términos legales la reforma fiscal tenga tropiezos, no parece ser un obstáculo anticipado, razón que puede llevarnos a considerar, que solo una eventual presión social la impediría y para ello, se requeriría, en primer lugar, que se conozca el texto oficial de la anunciada reforma y, en segundo término, que contenga aspectos que permita tipificarla como regresiva, afectando previsiblemente a la inflación y a los ingresos monetarios de los trabajadores y consumidores finales.

Conforme a las proyecciones macroeconómicas realizadas, las autoridades esperan la continuación del crecimiento económico entorno a su potencial 5.0 % con estabilidad de precios (4.0 % meta de inflación) y para el mediano plazo hacia el 2028 esperan lo propio, sin que la política económica haya requerido de una reforma fiscal para continuar creciendo con estabilidad de precios, como la que la narrativa oficial ha estado promoviendo, a los fines de alcanzar determinados objetivos económicos. 

 En lo referente a la tasa de interés activa promedio ponderada del sistema bancario, las autoridades han estimado para el 2025, que finalmente se logre una reducción de la referida tasa a un 10.4 %, luego de sucesivas reducciones de la tasa monetaria del Banco Central (de 8.5 % a un 6.75 %), sin que se haya alcanzado el efecto traspaso esperado, dado que, a la primera semana de septiembre del 2024 se encontraba en un 15.4 %.

Con poca o nula variación negativa, estarían comportándose previsiblemente para el 2025, respecto al 2024, los precios internacionales clave para la economía dominicana, como es el petróleo WTI a US$ 80.9 el barril, la onza de oro ligeramente superior con US$ 2,535, el carbón mineral a US$ 128.9 la tonelada métrica (TM) y la inflación esperada para la economía de los Estados Unidos se proyecta hacia la baja con un 2.0 % anual.

En lo concerniente al tema de las finanzas públicas, para julio del 2024 el Congreso Nacional aprobó una solicitud del Poder Ejecutivo de un presupuesto complementario, que incluyó una reestimación de los ingresos corrientes por un monto de RD$ 36,447 millones y un nuevo gasto público por un monto de RD$ 39,127millones, estos incrementos se han realizado en un entorno de ausencia de reforma fiscal, evidencia que no descarta la posibilidad de que necesariamente la economía fiscal no requiere de una reforma. Como resultado del nuevo flujo de ingreso y gasto presupuestario del 2024, el déficit fiscal se mantiene en alrededor de un 3.1 % del PIB, el que pudo haberse reducido a un 2.6 %, si los mayores ingresos corrientes (0.5 % del PIB) no lo hubieran comprometido con mayor nivel de gasto público.

Para el 2025, la política presupuestaria fue formulada atendiendo a los resultados positivos del crecimiento económico del 2024 y el que se espera para el próximo año, proyecta un nivel de ingresos corrientes, donaciones, de RD$ 1,222,045 millones, equivalente a un crecimiento sobre el 4.0 %, métrica menor, al compararse con los del 2024, que recibió ingresos extraordinarios por concepto de la renegociación del contrato con AERODOM. Por el lado de los ingresos tributarios, se prevé una expansión de un 10.1 % como resultado de la actividad económica y comportamiento de precios esperados y una presión tributaria en torno al 14.2 % del PIB, similar a años anteriores. 

La política de gasto prevista para el 2025, de acuerdo a lo contemplado en el presupuesto del nuevo año, expresa que continuará la del periodo 2020-2024, que afirma privilegió a la inclusión social y la calidad de vida. Sin embargo, la evidencia empírica muestra lo contrario, pues al excluir el año 2020, tiempo de pandemia por la COVID-19, el gasto social promedio del periodo 2021 a agosto de 2024 -variable que puede medir la inclusión social y calidad del gasto público-, se sitúa en alrededor de un 46.0 %, similar a la de la década previa a la referida pandemia.

La formulación de la política de gasto púbico del 2025 no contempla el escenario de una reforma fiscal, solo supone el contexto económico local e internacional, la restricción presupuestaria vigente por leyes, la carga del servicio de la deuda por intereses. El gasto público total previsto asciende a RD$ 1,487,654 millones, equivalente a un 18.3 % del PIB, similar a años anteriores. El aumento del gasto público respecto al del 2024 es de RD$ 65,415 millones.

La clasificación económica del gasto público para el 2025 contempla una participación estimada del gasto corriente de un 87.97 % y el de capital de un 12.02 % del gasto total, este último, inferior al estimado del 2024 que es de un 14.5 %, también del gasto total. Esta composición revela una merma en la calidad del gasto, desde la perspectiva de la inversión que promueve aumento de la capacidad y competitividad productiva y del patrimonio nacional. El gasto de capital previsto para el 2025 sería el más bajo en los últimos nueve años, cuando en el 2015 fue de una 10.8 % del gasto público total ejecutado.

En lo relativo a la política de financiamiento para el presupuesto de 2025, el avance del presupuesto del próximo año proyecta necesidades brutas de financiamiento por un monto de RD$ 361,387.4 millones, equivalente a un 4.4 % del PIB, el referido monto lo componen RD$ 253,689 millones que cubriría el déficit financiero y de RD$ 107,698 millones de aplicaciones financieras para la amortización de capital de la deuda pública. El indicador previsto de un 4.4 % del PIB sería menor que el del 2024 que es de un 4.7 % y del 2023 de un 5.3 %, respectivamente, también del PIB.   

En términos financieros, el presupuesto del 2025 no estaría agravando el balance fiscal al mantenerse en torno al 3.1 % del PIB, disminuiría las necesidades bruta de financiamiento a un 4.4 % del PIB, seria amigable con el crecimiento económico en torno a su potencial de un 5.0 %, no se aprecian cambios de importancia en los indicadores de presiones tributarias y gasto público como % del PIB, aunque si se puede apreciar una caída en el gasto de capital y un aumento del gasto corriente, impulsado por la elevación del pago de los intereses de la deuda pública, al colocarse en un 20.3 % del gasto total, contra el 17.2 % del 2024. Estos previsibles resultados se alcanzarían en un ambiente de ausencia de reforma fiscal.  

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