En la diana

Efecto reducción margen tasa de interés

Primer Tiro

Contrario a lo esperado según el marco analítico presentado en la entrega de esta columna del pasado 22 de agosto (Condiciones para una reducción de la tasa de interés), el Banco Central decidió reducir en 25 puntos básicos su Tasa de Política Monetaria (TPM) a partir del día primero del mes y año en curso. Es necesario señalar que uno de los fundamentos de tal decisión es una reducción esperada en la tasa de política de la Reserva Federal (FED) de los Estados Unidos. Sin embargo, en la citada entrega se planteaba que era necesario esperar la decisión de aumento de dicha tasa, pues era, y es conveniente ampliar, o por lo menos mantener constante, la diferencia entre la TPM y la citada tasa. El lector debe saber que el fundamento de esta recomendación está en que la diferencia entre estas dos tasas de interés es un elemento que incide directamente en la decisión de los inversionistas de mantener sus ahorros en pesos o en dólares. Se plantearon tres condiciones fundamentales que hay que tomar en cuenta para que la reducción ya consumada no produzca un costo de devaluación monetaria mayor que el beneficio de la aceleración del crecimiento de los ingresos y el empleo.

Segundo Tiro

En primer lugar, antes de la reducción de hace cuatro días, la diferencia entre las dos tasas de interés antes citadas se encontraba en un mínimo histórico, bajando desde 275 puntos en junio del año pasado, hasta 150 antes, y a 125 puntos después de la citada reducción. Aunque no necesariamente se deba a una relación de causalidad directa, es muy importante señalar que la tasa de promedio de devaluación anual de la moneda nacional pasó de -2.0% en los meses de agosto 2022/julio 2023, a 5.8% en los meses comprendidos entre agosto 2023/julio 2024. Lo anterior sugeriría que el Banco Central domestico no debió reaccionar anticipadamente bajando su tasa de política monetaria, sino esperar hasta que el diferencial de tasa de interés se acerque a su promedio histórico. En segundo lugar, el planteamiento de que la inflación domestica es baja, y que la misma no se saldría del rango de los objetivos de las autoridades monetaria debido al aumento de la demanda de créditos que produciría una nueva reducción de la tasa de interés, carece de evidencia empírica y de fundamento analítico. Una ampliación del diferencial de tasa podría apalancar expectativas devaluatorias e inflacionarias.

Tercer Tiro

En tercer lugar, en un escenario en el que los inversionistas locales y extranjeros no conocen los contenidos fundamentales de la reforma tributaria que se espera aprobar y poner en ejecución en lo inmediato, una disminución en la tasa de interés, en vez de una disminución, podría provocar un aumento neto en el costo del refinanciamiento de la deuda pública expresada en moneda nacional, pues las inversiones de títulos públicos denominados en dicha moneda tendrían un menor margen de tolerancia a la devaluación que fomenta el menor diferencial de tasa de interés, lo que podría provocar un aumento en la demanda de rendimiento proporcionalmente mayor a la reducción de la tasa de interés, y por eso, al igual que la deuda pública consolidada, el diferencial de tasa de interés también tiene que ser sostenible.