Según algunos estudios, recientemente existe la evidencia de que vapear tiene graves efectos nocivos en diversos órganos.
"El Departamento de Salud del estado de Washington (DOH) está trabajando en conjunto con jurisdicciones de salud locales, así como con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, solo en inglés) para investigar un brote de casos de daño pulmonar asociado a los cigarrillos electrónicos y los productos de vapeo.
"Los productos de vapeo —que también se conocen como JUUL, cigarrillos electrónicos, e-cigs, vapeadores, narguiles electrónicos, bolígrafos para vapeo, mods, tanques o sistemas electrónicos de suministro de nicotina— pueden contener nicotina, marihuana y/u otras sustancias, tales como agentes saborizantes y otros químicos."
El vapeo expone a los pulmones a sustancias químicas activas en el tabaco y en el cannabis y son potenciales para producir también otros tipos de sustancias.
Ya se está hablando de brote a nivel mundial de esta práctica, pero aún no se tiene la suficiente información y casos para determinar lo que es evidente, que es la nueva forma mortal de morir fumando, aunque de una forma más moderna pero igual de letal.
La industria está fomentando una nueva forma de fumar para mantener las ventas y, por lo tanto, las alarmantes cifras de muertes que ocurren anualmente.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al inicio de la presente centuria, alrededor de 5 millones de personas mayores de 30 años morían en el mundo cada año como consecuencia directa del tabaco.
Si existiera una voluntad de velar por la salud, por este derecho fundamental, el vapeo por ejemplo, no tendría aquella sustancia que produce la adicción, aquella que engancha y mantiene a todos los fumadores a nivel neurológico adictos, aquella que es la responsable de ver en ese hábito un alivio para generar placer, la nicotina.
Lamentablemente, las ganancias de las industrias están por encima de la salud.