Desde mi pluma
Insistir y persistir
Esta semana me contaron una historia que me recordó la importancia de perseverar, incluso desde la incomodidad.
A Esther le tocó abandonar sus estudios para trabajar y poder sacar adelante sola a sus dos hijos. Tuvo varias oportunidades de culminar su carrera pero, además de sus responsabilidades del día y las vicisitudes económicas, comentarios como “¿para qué quieres un título?”, “ya estás grandecita para eso” o “¿a estas alturas de la vida” solían detenerla.
Cuando cumplió 44 años realmente llegó a creerse “demasiado vieja” para volver a las aulas y retomar una carrera en un tercer cuatrimestre, pero apagó esos pensamientos y siguió adelante.
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