Gobernar a un país “en la luna”

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¿Cuál es el problema principal, entre varios, para la existencia de la República Dominicana?

Aquí el Gobierno está totalmente perdido. No solo no puede rendir buena cuenta del período anterior, en el que todo empeoró, sino que, en unos casos, no sabe qué hacer. En otros, sabe qué hacer y cómo hacerlo —como, por ejemplo, detener y revertir la ocupación del país y el colapso de las instituciones del Estado—; pero la voluntad del Sr. Presidente está sometida al conjunto del poder extranjero y a la complicidad nacional.

Un jefe de Estado sabe y busca, con todas las fuerzas, que lo primero que tiene que existir para resolver los retos económicos y sociales, de salud, educación y servicios públicos, es apuntalar la existencia plena del Estado Nacional, el cual —en nuestro caso— avanza a pasos agigantados hacia su colapso. Sin la visión y ejercicio de la soberanía del Estado, todos los problemas históricos, sociales, económicos, culturales y religiosos se multiplican. Y vamos a toda carrera hacia la disolución nacional, en manos de espejismos, con una visión ciega del futuro, en medio de la hipocresía y el teatro.

Veamos. El mundo cree que el problema de RD y Haití es racial y entre dos naciones iguales, en que la primacía es de Haití, porque se propagó su supuesta heroicidad histórica y RD tuvo siempre una política encerrada en su verdad, subestimando la influencia internacional, con una historia nacional de primacías que debió proyectarse al Universo, y, por el contrario, fue devorada por sus propios líderes pavoneados alrededor del poder por el poder mismo. Así pasa con los que son manipulados por los poderes de EE. UU., Francia, Canadá y toda su maquinaria.

En realidad, Haití es el único Estado fundado sobre la base del odio racial de la negritud. Ciertamente aquí, como en todas partes, existen minorías racistas, pero aquí no hay racismo estructural; por el contrario, somos ejemplo verdadero de Estado y Nación multirracial. ¿O ACASO JUAN PABLO DUARTE ERA UN RACISTA, XENÓFOBO, ULTRADERECHISTA, ANTICRISTIANO? No. Era el portaestandarte de una visión de la creación de la República Dominicana independiente de todo poder extranjero, con fundamentos históricos y culturales para la que dejó incluso un proyecto de Constitución para un Estado soberano social y democrático.

El mundo no conoce la verdad, y solo la verdad histórica y cultural conocida por la inmensa mayoría del mundo y sus instituciones puede dar pie al involucramiento en soluciones que salven las dos naciones y aseguren la no destrucción de la Primada de América, Cuna del descubrimiento de países de Norteamérica, cuna de la civilización cristiana de América, del Sermón de Montesinos, del primer mulato de América (nacido de una indígena y un español), de Duarte y los Trinitarios, bajo el juramento de la Santísima Trinidad. Pero tampoco conoce cuál es la realidad particular de la República Dominicana.

Se necesita una Misión Diplomática Mundial UNIFICADA, destinada a todas las instituciones y medios relevantes de cada país, con un material informativo resumido del amplio tema histórico-cultural que dio origen a nuestra Independencia, ejerciendo un derecho universal, que contenga la visión económica que muestre nuestra realidad. No hay posibilidades, ni siquiera remotas, de que una pequeña nación pequeña y débil institucionalmente como la República Dominicana —con población similar a la haitiana, con una economía pequeña, con un endeudamiento impagable, un mercado laboral pequeño, una clase media que no puede más, y altos niveles de pobreza y desempleo— pueda asumir más inmigrantes ilegales haitianos que lo que establecen la Constitución y las leyes debidamente aplicadas.

DE ESO NO TIENE CONCIENCIA EL MUNDO. Y tampoco los dominicanos, fuera de los que se benefician económicamente con el desorden, que no ven el momento que vivimos más allá de las narices, que no ven la horrorosa herencia que dejaríamos a nuestros descendientes, en un desenlace abominable inevitable del “hundimiento de la Isla”, ABSOLUTAMENTE ANTICRISTIANO. Dios nos libre de que un proceso así quede vinculado al liderazgo cristiano ejerciendo una supuesta caridad con unos, en perjuicio de la caridad con los que nos encomendaron pastorear. Dios no salva al hombre sin el hombre.

Pero el Gobierno no está capacitado para cumplir la necesidad IMPRESCINDIBLE de dar a conocer al mundo la realidad domínico-haitiana, mediante ese plan que hemos propuesto desde hace muchos años por diversos medios, con la lamentable respuesta de que no ha habido nadie que le haya dado importancia, mucho menos el Gobierno.

Porque, si el Mundo no lo sabe, debemos decir NO a la posibilidad de que se engendre un plan tutelado (como sea propio llamarlo) para el establecimiento de las bases mínimas del Estado haitiano en todas las áreas. Si el Mundo no lo sabe, debemos decir que NO ES POSIBLE que se conciba una visión universal del salvataje de Haití sin que se produzca el “hundimiento de la Isla”. La verdad debe ser dicha y defendida bajo todos los riesgos. Ya está dicha. Defendámosla, con la movilización nacional estructurada del Pueblo, derrotando el sectarismo y la falta de vocación para el acuerdo que se ha enseñoreado en la vida nacional.