Enfoque: Internacional
Kamala Harris y Tim Walz, binomio poderoso
La vicepresidenta Kamala Harris, aspirante demócrata a la presidencia de Estados Unidos, dio el 6 de agosto un paso decisivo al presentar a Tim Walz, gobernador del estado de Minnesota, como su compañero de boleta.
La elección de Walz como candidato a la vicepresidencia es para muchos un acierto; para otros, no tanto. Pero lo cierto es que las dos figuras del Partido Demócrata se perfilan con fuerza en la palestra electoral, después que el presidente Joe Biden renunció a su intento de reelección.
El ex presidente Donald Trump afronta ahora una batalla electoral más difícil que la que libraba contra el presidente Joe Biden, quien no salió bien parado del debate con Trump celebrado el 27 de junio. Ahora el ex mandatario y su candidato a la vicepresidencia, el senador J. D Vance, se miden con dos políticos relativamente jóvenes, con ideas progresistas, una gran energía y una excelente capacidad de comunicarse con el público.
Kamala Harris exhibe ventajas importantes, y si gana la contienda, su elección sería un suceso histórico. Como la primera mujer, y además la primera mujer de ascendencia africana y asiática en ocupar la vicepresidencia, Harris ha superado barreras que hasta no hace mucho parecían difíciles de salvar, lo que le da una presencia poderosa en la actualidad política y le ha ganado un puesto relevante en la historia de Estados Unidos. Al mismo tiempo, tiene una sólida experiencia política gracias a su trabajo como fiscal general de California y como senadora. Su cargo actual de vicepresidenta, y el firme respaldo que le ha dado Biden, le otorgan una gran visibilidad, un detalle muy beneficioso en una campaña electoral. Cierto: este respaldo podría jugar en su contra entre los electores que no aprueban el desempeño de Biden. Pero, de cualquier forma, Harris despliega una fuerza política arrolladora que se ha ganado el aplauso de muchos votantes, entre ellos un gran número de progresistas y de mujeres, por su apoyo a temas sensibles como el derecho al aborto, y también a programas sociales y de salud contra los que Trump y Vance han enfilado su artillería ideológica.
Tim Walz, que fue maestro (comenzó dando clases de inglés en China, donde aprendió mandarín) y es veterano de la Guardia Nacional, es mucho menos conocido que Harris a nivel nacional, pero es un gobernador respetado, con una probada habilidad en la gestión pública.
Walz demostró su capacidad de liderazgo durante la pandemia de COVID-19 y en momentos de tensión social, como el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de un policía en Minneapolis, el 25 de mayo de 2020. En este último caso, recibió críticas de republicanos por demorarse en desplegar a la Guardia Nacional cuando algunas protestas por la muerte de Floyd se hicieron violentas.
Su procedencia le permite conectar con votantes rurales y de clase trabajadora, un segmento importante del electorado, y su posición a favor del aborto, de la educación y la salud públicas, y de un mayor control de las armas le puede ganar muchos votos entre los progresistas.
En resumen, el camino hacia la Casa Blanca siempre es incierto y lleno de variables, pero las ventajas con que cuentan Kamala Harris y Tim Walz prometen ser un factor de atracción de un importante, y quizá decisivo, número de electores. Frente al binomio republicano Trump-Vance, el dúo demócrata Harris-Walz ha surgido como un claro y poderoso desafío. La vicepresidenta y su compañero de fórmula pueden muy bien alzarse con el triunfo electoral este noviembre.
El camino hacia la Casa Blanca siempre es incierto, pero las ventajas con que cuentan Kamala Harris y Tim Walz prometen ser un factor de atracción de un número de electores.