Empezó Haina a Moler
La Salud Mental en República Dominicana
Mirando desde la distancia la nueva toma de posesión del nuevo gobierno dominicano, con la reelección del presidente Luis Abinader, veo toda la movilización que se ha generado al respecto, todo muy organizado. Desde la distancia observo, teniendo la esperanza de que puede existir un verdadero cambio en temas de salud.
La salud mental, según la OMS, "es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, aprender y trabajar adecuadamente e integrarse en su entorno. La salud mental tiene un valor intrínseco y fundamental, y forma parte de nuestro bienestar general.
Hay una serie de factores individuales, familiares, ambientales y estructurales que en conjunto, protegen o socavan la salud mental. Aunque la mayoría de las personas son resilientes, las que están expuestas a circunstancias adversas, como la pobreza, la violencia, las discapacidades y las desigualdades, corren más riesgo de tener problemas de salud mental."
Este gobierno repite cuatros años más. Quiero pensar y tener fe que se invierta y se atienda de forma integral la salud mental de los dominicanos y las dominicanas. Es una tarea pendiente, más bien la salud en general, pero desde la pandemia como sociedad se ha expuesto como en un escaparate, la carencia de la atención, de un acompañamiento terapéutico en esta rama de la medicina, tan necesaria siempre y ahora más que nunca.
En sentido general pedir cita con un profesional de la salud mental y posteriormente acudir, es lo peor que nos puede pasar como dominicanos, por la estigmatización que existe en la sociedad, la vergüenza, el temor a ser juzgados, pesa más que pedir ayuda.
La solución no solo está en dar asistencia para los pacientes que así lo requieran, es crear también campañas de sensibilización para normalizar una consulta en esa área.
La salud mental lo es todo. En conversaciones con unos colegas de distintas especialidades, llegamos a la conclusión de que es fundamental tener siempre desde muy joven un profesional que nos acompañe, ya que muchas veces vamos como caballos salvajes en un mundo muy lacerante, sin darnos cuenta, llegando incluso a hacernos daño a nosotros mismos.
Parar, escucharnos, aceptarnos y siempre pedir ayuda de forma preventiva es necesario, pero se necesita la intervención del Estado dominicano.
No tenemos que esperar un fatídico desenlace para reconocer que algo va mal, y entonces pedir ayuda por obligación o vía judicial.
Algunas veces en lo urgente está el fracaso.
Tengo la esperanza de que en este nuevo gobierno de nuestro presidente, se priorice algo tan fundamental como la salud mental, ya que sin ella seguiremos lastimando, deteriorando y cambiando al país más alegre de Latinoamérica.
Nos merecemos en este momento un acompañamiento como sociedad para mantener esta alegría tan natural y no perdernos como país y despertar cuando ya sea demasiado tarde.
Hagámoslo por lo menos por los futuros adultos, nuestros hijos.