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Haití fue nota discordante en juramentación de Abinader
El presidente Abinader se juramentó ayer ante la Asamblea Nacional reunida en el Teatro Nacional, con la promesa de seguir combatiendo la corrupción, mejorar la seguridad social y los fondos de pensiones de los trabajadores y establecer como obligación constitucional la independencia del ministerio público.
El discurso pareció que buscaba consolidar el apoyo popular que recibió en las últimas elecciones, por lo que prometió mejorar la situación de la gente en sentido general. En política exterior reclamó que el régimen de Venezuela publique las actas de la última elección y dijo que RD no puede solucionar los problemas de Haití.
Abinader ponderó los logros en el sector económico y del turismo. Prometió crear más empleos y proteger a las trabajadoras de los hogares (servicio doméstico). También respaldó eliminar los gastos innecesarios del gobierno, para lograr un estado más eficiente con el uso adecuado de los fondos públicos.
El discurso tocó también el desempeño de la Policía Nacional y su afán por profesionalizar esa institución. Dijo en el país había disminuido el crimen callejero, pero no estaba conforme porque según dijo, había que hacer mucho más. Citó que la Policía estaba siendo sometida a un mejoramiento de sus nuevos miembros.
En un mensaje apurado por el tiempo de la apretada agenda, el presidente se dirigió a los políticos apelando a su patriotismo y a la unidad de todos para lograr el desarrollo. El ex presidente Leonel Fernández dijo que le deseaba suerte a su gobierno, pero criticó que su discurso se basara en manipulación de datos y exageraciones.
Felipe VI, rey de España encabezó la lista de presidentes, vicepresidentes, ministros de relaciones exteriores, representantes de organismos internacionales y otros dignatarios que asistieron al acto de juramentación. Después de la juramentación, Abinader ofreció un almuerzo en el salón Las Cariátides del Palacio Nacional.
El desaire de Haití
La nota diplomática discordante en la inauguración del nuevo gobierno del presidente Abinader, la ofreció el gobierno provisional de Haití, el cual anunció que ese país no estaría representado debido a que se mantiene el cierre del espacio aéreo entre los dos países, que se ordenó al ser asaltado el aeropuerto de Puerto Príncipe.
Se cree que el capricho de la canciller haitiana, Dominique Dupuy se impuso ante el consejo del Gobierno Provisional de que no se enviara delegación a la toma de posesión del presidente Abinader, debido a que la República Dominicana no había levantado su cierre unilateral del espacio aéreo tras los sucesos en la capital haitiana.
Se trata de la primera vez que Haití no estuvo representado en los actos de investidura de un presidente dominicano en tiempos modernos. En este caso, los haitianos perdieron la oportunidad de reiniciar las conversaciones sobre diferentes temas pendientes y que han sido frustrados debido a la insurgencia de bandas armadas que han dislocado a su país.
Madame Dupuy ha impuesto una línea dura en Haití, posiblemente un gesto de una mujer mulata para conseguir el apoyo de la mayoría negra del país que busca cierto respeto de la comunidad internacional y también un pulso con las autoridades dominicanas que han sido comprensivas, aunque tienen la presión de los ultranacionalistas.
A la República Dominicana le perjudica que las relaciones de los dos países se degraden debido a que Haití es el segundo socio comercial, lo que ayuda a que las necesidades alimentarias de ese país pueden ser cubiertas por la parte dominicana por la cercanía de los dos países que tienen una frontera común y que pueden utilizar la vía aérea y marítima.
Excepto Haití, la mayoría de los países caribeños enviaron representaciones a la toma de posesión, especialmente Centroamérica, desde donde llegaron varios presidentes y muchas delegaciones a nivel de vicepresidentes y miembros del gabinete. Estados Unidos mandó una delegación encabezada por la secretaria de Energía, Jennifer Granholm.
También estaban en la delegación norteamericana Alejandra Castillo, secretaria adjunta de la secretaría de Comercio y los asesores del presidente Biden, Tom Pérez, de origen dominicano y Christopher Dodd, ex senador de Connecticut y reconocido abogado del Partido Demócrata, quien vivió en RD como miembro del Cuerpo de Paz.
Venezuela no se hizo representar en razón de que suspendió las relaciones con la República Dominicana, pidió la salida de los diplomáticos dominicanos acreditados en Caracas y llamó de regreso a sus diplomáticos, en un gesto sin razones ordenado por el presidente Maduro después de las disputadas elecciones del 28 de julio.
En una actividad fuera de agenda, con la presencia del presidente Abinader se leyó una declaración de 22 países y la Unión Europea en la que se reclama la liberación de los presos políticos de Venezuela y la publicación de las actas de las mesas electorales en las elecciones de julio, algo a lo que el gobierno de Maduro se ha negado. La lectura del documento la hizo el canciller, Roberto Álvarez, lo que asegura, al parecer que el funcionario, quien lleva cuatro años en el puesto, se mantendrá al frente de la Cancillería.
Juramenta Gabinete
El presidente Abinader juramentó el Gabinete ministerial con la anticipada designación del gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, quien se ha mantenido en el puesto por 20 años consecutivos, ya que tuvo el mismo cargo durante los últimos gobiernos de Leonel Fernández, Danilo Medina y Luis Abinader. También de la vicegobernadora, Clarissa de la Rocha.
Otros nombramientos dispuestos ayer fueron los de José Ignacio Paliza, nuevo ministro de la Presidencia, Joel Santos, ministro de Energía y Minas y Kelvin Cruz, de Deportes, quien sustituye a José Francisco Camacho. También fue nombrado ayer el superintendente de bancos, Alejandro Fernández, cuyo padre fue gobernador del Banco Central.
En las Fuerzas Armadas el presidente nombró a quien era jefe del Ejército de la República Dominicana, mayor general Carlos Antonio Fernández Onofre, quien ostentará el rango de teniente general, sustituyendo al teniente general Carlos Luciano Díaz Morfa, que llevaba cuatro años en el puesto. También nombró subsecretarios y otros mandos de las ramas militares.
Quedan pendientes todavía muchos decretos que designarían ministros, viceministros, directores generales y otros funcionarios de menor jerarquía.