Reflexiones del director
Lo que buscan los lectores
La noticia está en crisis.
Lo que fue, por muchos años, el insumo y pilar básico de la función de los medios de comunicación, está en entredicho.
Es duro admitirlo, pero lo cierto es que hay tres fenómenos que están resquebrajando el modelo tradicional.
Por un lado, las audiencias de hoy son más proclives a dudar de la veracidad de las noticias y, en consecuencia, a evadirlas.
Por otro lado, una gran masa de consumidores de contenidos de medios impresos y digitales se muestra más selectiva y decide en función de una pequeña gama de intereses.
Otro segmento, bien expansivo, es el de la polarización del público que ataca y desacredita a los medios tradicionales, considerándolos prisioneros de intereses y arrojando dudas sobre la confiabilidad de sus contenidos.
Este mapa de crisis obliga a los medios a remodelar sus patrones tradicionales y a explorar las preferencias de sus audiencias objetivas.
En un ecosistema en el que la lectura de contenidos informativos se vuelve selectiva o personalizada, los “targets” son muchos y difíciles de abarcar.
Un estudio sobre las necesidades de los usuarios de hoy, preparado por el Digital News Report del Instituto Reuters, identifica al menos tres campos específicos de lectura selectiva.
Estos son: los contenidos que ayudan a “informarme”, los que únicamente “me entretienen” y los que “me dan perspectiva”.
En cuanto a las necesidades específicas del usuario, el estudio dice que el 72 por ciento busca el “actualízame”, el 67 por ciento el “edúcame” y el 63 por ciento el “dame perspectiva”.
“Entretenme” es la única opción que reúne menos de la mitad (47 por ciento), quizás porque el entretenimiento se halla disponible de manera abundante en varios soportes.
Con este cuadro de intereses, los medios tienen que ser ahora más cuidadosos al estudiar sus audiencias y al responder a sus preferencias.
Abrumados por la gran ola de noticias falsas o manipuladas, o por aquellas que resultan emocionalmente perturbadoras, el consumo de noticias ha bajado considerablemente.
Los usuarios de hoy luchan por escapar de esas trampas.
Unas veces desconectándose temporal o totalmente de las fuentes noticiosas, o solo buscando los contenidos que les interesan, en especial aquellos que perciben que no son sesgados.
En tiempos remotos, los lectores iban detrás de los medios (periódicos impresos) a buscar noticias.
El Listín, por ejemplo, tenía un mural o pizarra en el frente de su antiguo edificio en la que se escribían las noticias con tiza.
Hasta que saliera la edición impresa, igualmente buscada y consumida con gran apetito.
Ahora es a la inversa. Son los medios, impresos o digitales, los que buscan atraer a los usuarios en cualquiera de los nichos de lectura selectiva.
Y no siempre lo consiguen a plenitud.