¿Puede la denominación de origen aumentar el valor de la miel dominicana?
En la República Dominicana, la miel de abeja no es solo un endulzante natural, sino un reflejo de la rica biodiversidad nacional. Con sabores y colores que varían de una región a otra, la implementación de la denominación de origen podría elevar de forma significativa su valor en los mercados nacionales e internacionales.
La denominación de origen protege el nombre de productos que provienen de una región específica y cuyas cualidades corresponden de forma exclusiva a ese entorno. En nuestro país, las mieles varían desde tonos extra claros hasta otros más oscuros, reflejando no solo la diversidad floral sino también diferencias en su composición química debido a las características únicas de cada región. Estas propiedades hacen que la miel dominicana sea ideal para esta certificación, proporcionando una oportunidad para mejorar la economía rural y promover la sostenibilidad ambiental.
Por otro lado, es importante mantener altos estándares de calidad e inocuidad para ganar y mantener la confianza del consumidor. Los análisis rigurosos son necesarios para asegurar que la miel esté libre de contaminantes y adulteraciones. Estos no solo evalúan la humedad y el perfil de azúcares, sino también la autenticidad de la miel en relación con su origen regional y garantizando su pureza.
Recientemente, en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) se defendió con éxito una tesis de la Licenciatura en Bioquímica que destaca las propiedades únicas de un tipo de miel dominicana. Este estudio subraya la importancia de la ciencia y la tecnología en la caracterización y valorización de productos naturales como la miel.
Hoy los apicultores enfrentan desafíos significativos, especialmente en cuanto a tecnología avanzada y formación en técnicas modernas de análisis. La superación de estos retos es vital y requiere el apoyo continuo de instituciones académicas y la colaboración intersectorial.
Por tanto, la adopción de la denominación de origen para la miel dominicana no solo podría incrementar su valor económico, sino también reforzar su prestigio mundial. Continuar apoyando a los apicultores en la obtención de la denominación de origen y garantizar que cada frasco de miel refleje la alta calidad y el esfuerzo dedicado a su producción es fundamental. Juntos, podemos transformar la apicultura dominicana en un modelo de éxito internacional.
El autor es profesor Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC)