Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

Comunicación y comunicadores

La comunicación nació con el ser humano mismo, ya que es una de sus capacidades innatas que se remonta al Homo Sapiens y a otras formas de comunicación rudimentarias. Como, por ejemplo: los dibujos en cuevas los cuales eran comunes en la era Paleolítica. Asimismo, la primera de todas las formas de comunicación humana es el lenguaje; y, además la expresión: verbal, no verbal, natural y artificial. Dice el filósofo y psicólogo austríaco, nacionalizado estadounidense, Paul Watzlawick, en uno de sus axiomas de comunicación: “no se puede no comunicar”.

Reconocemos que con el devenir de los años la comunicación humana se ha ido complejizando y cualificando, a la vez. En tal sentido, sostiene el especialista español en pragmática de la comunicación, Enric Lladó, que “la técnica de comunicación honesta no se aplica sobre el otro sino sobre uno mismo”. Añade, que “el propósito de la técnica de la comunicación es conducirnos a la comunicación sin técnica” porque comunicar es ser uno mismo.

Hay comunicadores, con tal afán de notoriedad y cuyo único objetivo son los beneficios económicos, vendiéndose como “bocinas”; hay, también, empresarios inescrupulosos cuya única meta es obtener cuantiosos dividendos económicos, sin importar la ética y la moral de la comunicación: promueven programas televisivos y radiales cuyo contenido constituye una vergüenza. Hoy se requiere comunicar con la intención correcta (coherencia) y migrar del ego al yo del otro. Si el ego desaparece, el otro se siente: libre, amado, respetado y escuchado en nuestra presencia. Hoy se promueven, con falso orgullo, los pecados del periodismo, identificados por el Papa Francisco, a saber: “la desinformación, la calumnia, la difamación y la coprofilia”. Conductas todas reñidas con la ética, la moral y la misma ley que contaminan el bien y la bondad.

El pecador es un “enfermo”, una víctima de su propio ego. Es un deterioro del ser que contamina los ámbitos: social, político, económico y religioso. “Todo el que obra el pecado, actúa contra la ley, porque es el quebrantamiento de la misma”.

Hoy se concibe una “moral sin pecado” y una sociedad sin ética. Pero ¿es posible una vida moral sin vivenciar la culpa? Donde hay defecto moral, la voluntad se desvía del recto orden de la razón. La ética, por su parte, es una ciencia normativa: es el estudio de las normas o estándares por los cuales las cosas son medidas o evaluadas: se ocupa de lo que debe ser. La moral, por otro lado, es lo que llamaríamos una ciencia descriptiva; se centra en costumbres, hábitos y formas de comportamiento dentro de una cultura determinada, ocupándose de lo que es. Siempre debe quererse el bien, nunca el mal. Jamás se puede hacer un mal para conseguir un bien. Por eso hay que valorar cada acto en su singularidad. A veces, puede tolerarse el efecto malo que se siga de una acción buena. Hoy requerimos comunicadores apegados al buen ser, al buen hacer y al buen decir, o sea, a lo ético y a lo moral.

Tags relacionados