TESTIGO DEL TIEMPO

Abinader tiene grandes planes

Tuvimos presidentes grandilocuentes, Leonel Fernández tenía todo planeado hasta 2044, algunos decían que quería gobernar hasta esa fecha. Entonces su reinado sufrió un serio “accidente democrático”, Danilo Medina lo desalojó en el 2012.

El presidente Luis Abinader no proclama sus planes, pero van mucho más allá del 2044, son vitalicios.

La inmensa fortuna de Abinader, como tantas otras, alimentan los grandes fondos de inversiones que le prestan a los bancos el dinero prestado a los países pobres.

En 48 meses de gobierno Abinader tomó $43 mil millones prestados, casi mil millones mensuales, nadie sabe en qué los gastó, pero él es muy “honesto y transparente”.

El servicio de nuestra deuda externa quizá asegure el “crecimiento ilimitado y permanente” de su fortuna personal. Si hubiese invertido mil millones en cada una de nuestras 32 provincias, le sobrarían más de $11 mil millones para “otros gastos”, quizá la “reforma fiscal” no nos dolería tanto.

Abinader tiene grandes planes políticos.

Rediseñará, hará una re-ingeniería del Estado Dominicano, reformará la legislatura, le pondrá un “candado” a la Constitución, para que nadie pueda tocarla, y se llevará las llaves. Si en el futuro necesitamos “tocar la Constitución”, tendremos que pedirle permiso y las llaves, Abinader decidirá si otorga el permiso, y presta las llaves, muy humilde.

Creará una nueva clase gobernante.

A la vieja usanza trujillista-balaguerista, Abinader no trae “caras nuevas” al gobierno, mueve sus fichas de un lugar a otro en el tablero, para entrenarlos administrativamente.

Tras ocho años en el gobierno, sus ministros tendrán más experiencia de Estado que nadie, los del gobierno anterior sucumbieron en escándalos de corrupción.

Abinader seguirá en la clase dominante, dirigirá la gobernante, cargará con las “llaves” de la Constitución, y recibirá los intereses de la deuda. Abinader “sólo aspira” a controlar la nación el resto de su vida, por eso no necesita reelección. Controlar todo sin responsabilidad, como sueñan los grandes dictadores.

Ciertamente nuestro “honesto y transparente” presidente Abinader, hombre humilde, gracias a Dios sin ambiciones personales, tiene grandes planes.