Las industrias creativas y culturales: pilar de la economía y la identidad cultural

Según la UNESCO (2010), las industrias culturales y creativas (ICC) constituyen un grupo diverso de actividades que se centran en la creatividad, producción, promoción, difusión y comercialización de bienes y servicios culturales o artísticos, vinculados a los derechos de propiedad intelectual para generar ingresos.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) define la economía naranja o creativa como el conjunto de actividades mediante las cuales las ideas se transforman en bienes y servicios culturales y creativos, cuyo valor puede estar protegido por derechos de propiedad intelectual (Benavente y Grazzi, 2018).

Las ICC son un sector económico dinámico y en crecimiento que abarca una amplia gama de actividades centradas en la creación, producción y distribución de bienes y servicios culturales y creativos. Estas industrias no solo tienen un impacto económico significativo, sino que también desempeñan un papel crucial en la promoción de la identidad cultural y la diversidad de las naciones. En la República Dominicana, desde 2012, con la Estrategia Nacional de Desarrollo, se ha adoptado un nuevo modelo de crecimiento que incluye el fortalecimiento de las industrias culturales y creativas. Entre los principales objetivos de dicha estrategia se encuentra el desarrollo sostenible de la oferta cultural, para la producción y comercialización de productos o servicios en el sector turístico, mientras se promueve el patrimonio cultural y la identidad nacional dominicana. En este contexto, República Dominicana recibió casi seis millones de turistas entre enero y junio de 2024.

Las industrias creativas y culturales comprenden sectores como las artes visuales y escénicas, el audiovisual y los medios digitales, el patrimonio cultural, el diseño, la literatura, las publicaciones y la música. Dentro de las artes visuales encontramos la pintura, escultura y fotografía; las artes escénicas incluyen teatro, danza y ópera. En el ámbito audiovisual y de medios digitales, destacan la producción y distribución de películas, programas de televisión y videojuegos, así como la creación de contenido para plataformas en línea y redes sociales.

El patrimonio cultural abarca la conservación y exhibición de obras de arte y objetos históricos en museos, la preservación de documentos en bibliotecas y archivos, y la promoción de sitios de interés cultural y arqueológico. El diseño incluye el diseño gráfico, la moda y el diseño industrial, combinando funcionalidad y estética para mejorar la vida cotidiana de las personas. La literatura y las publicaciones abarcan la escritura, edición y distribución de libros y revistas, así como el periodismo y la publicación de noticias. La música implica la composición y producción musical, así como su distribución y promoción a través de ventas y eventos en vivo.

Las ICC son esenciales por varias razones. Primero, tienen un impacto económico significativo, generando empleo para millones de personas y contribuyendo notablemente al PIB de muchos países. Además, promueven la innovación y la creatividad, desarrollando habilidades como el pensamiento crítico y la resolución de problemas. También juegan un papel crucial en la preservación y promoción de la diversidad cultural, facilitando el diálogo intercultural y la comprensión mutua. Finalmente, ofrecen oportunidades educativas y de desarrollo profesional en diversas disciplinas, contribuyendo al desarrollo integral de las personas a través de la educación artística y cultural.

Sin embargo, las ICC también enfrentan desafíos y oportunidades en la actualidad. La digitalización ofrece nuevas formas de crear, distribuir y consumir productos culturales, pero también presenta retos como la protección de los derechos de autor y la sostenibilidad de los modelos de negocio tradicionales. Es crucial garantizar el acceso equitativo a los bienes y servicios culturales y fomentar la participación de diversas comunidades y grupos marginados en las ICC para asegurar una representación justa. Además, las ICC deben adoptar prácticas sostenibles y responsables con el medio ambiente para ser viables a largo plazo, y es esencial asegurar financiación y apoyo continuos para muchos proyectos culturales.

En conclusión, las industrias creativas y culturales son un pilar fundamental de la sociedad moderna, combinando economía, identidad cultural e innovación. Su impacto se siente en múltiples niveles, desde la generación de empleo hasta la promoción de la diversidad cultural. Sin embargo, para seguir prosperando, deben adaptarse a los desafíos y aprovechar las oportunidades que presenta el mundo contemporáneo. República Dominicana no es la excepción. Las ICC no solo enriquecen nuestras vidas con belleza y entretenimiento, sino que también fortalecen nuestras economías y comunidades, haciendo del mundo un lugar más pujante y diverso.

La autora es profesora titular y directora de la Escuela de Artes y Comunicación de la Universidad Apec.