VIVENCIAS

Antes de dar el fallo sobre unas elecciones

Se acerca la hora decisiva en que un pueblo deberá decidir sobre la permanencia de unas autoridades que han conculcado derechos fundamentales a los ciudadanos durante años sin término, sustentado en el abuso y la injustica.

Sobre el particular, cabe citar una historia que bien puede ser una ficción pero que refleja dos realidades, una, que hay gobiernos amparados en leyes injustas; otra, que hay gobernantes atorrantes sin liderazgo que piensan que las leyes injustas otorgan el derecho de realizar acciones injustas.

Cuentan que, en tiempos del Imperio romano, dos amigos se saludaron.

- ¿Qué te ocurre? Te veo preocupado.

-Es que tengo un esclavo que no obedece. Hace lo que le da la gana. Ayer se atrevió a levantarme la voz. -Pero ¿qué clase de hombre eres? Tienes la ley de tu parte. Si te falta al respeto, no lo dudes: ¡mátalo! Lo anterior mueve a una reflexión. En las esferas donde germinan las ideas nuevas y cambios, hay que esperar siempre de parte de los violentos una férrea resistencia. Molesta, porque como expresa Amiel en su diario íntimo, el ideal es un anticipo del orden por el espíritu…la esperanza indestructible de lo mejor, una protesta involuntaria contra lo presente, el fermento de lo porvenir y lo sobrenatural y espiritual dentro de cada uno. De modo, que mal se haría, que no bastara la injustica para arruinar a la gente, sino también añadirle como obra la demencia y la barbarie. En estos momentos se impone la prudencia, conociendo la necia voracidad de los desalmados y las absurdas pretensiones de los desquiciados.

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