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PUNTO DE MIRA

Ante aviso de mal tiempo la oposción se organiza

La actividad de los políticos está en una rara calma porque los diarios publican todo tipo de noticias negativas y el gobierno parece estar en vacaciones, pero igual ocurre con la oposición que frente a tanto hechos calla como si no existiera.

La inacción en los departamentos oficiales parecería que sus ejecutivos están diligenciando quedarse o negociar mejores posiciones o bien se quedan de brazos cruzados haciendo un achante de acción resignados a que sea el próximo incumbente el que resuelva.

En la realidad lo de calma es aparente porque en política no hay vacaciones y los dirigentes siempre están involucrados en el paso siguiente. La oposición, por ejemplo, prepara sus congresos en los que escogerá los dirigentes para el combate que inicia el 16 de agosto.

A pocos días del final de las elecciones presidenciales el PLD soltó dos noticias que atrajo toda la atención mediática: que su congreso pautado para octubre se realizaría en julio y que Danilo Medina y Charlie Mariotti no se presentarán a cargos de dirección. El barullo que levantó este aparente movimiento de ilusionista aún está generando comentarios.

Los políticos saben cómo distraer la atención hacia cosas sin importancia. Abinader no se quedó atrás y lanzó los gases de reforma constitucional y reajuste impositivo. Levantó una gran polvareda en la que doctos cerebros del parnaso, todos a una, se lanzaron a especular con o sin fundamento. Fue como un entretenimiento de la séptima la séptima entrada de un partido de beisbol. En los asientos del estadio el país intelectual discute sobre lo que hará al dirigente y su equipo.

Y en tanto los congresistas busca colar sin mayores esfuerzos un mamotreto de Código Penal, en la Fuerza del Pueblo hay levantiscos que buscan aclarar las designaciones para la comisión que montará el Congreso Franklin Almeyda.

En realidad, hay una intensa actividad porque muchos dirigentes buscan posiciones en los partidos y el gobierno, sabedores de que habrá fuertes confrontaciones en un país con dificultades económicas.

Mientras hay una creciente inflación que principalmente afecta a los de menores ingresos, está oculta la espada de incremento de los impuestos para nivelar el presupuesto general de la nación. Hay que imponer medidas que paguen el endeudamiento insostenible sin que haya un levantamiento del pueblo.

La calma política que se disfruta es la del ojo del huracán. El gobierno uso miles de millones de pesos en publicidad para pasar la reelección y no se cree que pueda hacer los mismo para callar las supuestas protestas que se pronostican.

Las condiciones actuales hacen emerger el fantasma de la poblada de abril de 1984 porque se teme que haya las mismas medidas del gobierno que afectaron el alza de precios, devaluaron el peso con la consecuente reducción de los salarios. Esa protesta de tres días contra el gobierno de Salvador Jorge Blanco, del cual es heredero el actual, dejó una cantidad indeterminada de muertos en las movilizaciones callejeras con asaltos, robo y destrucción de propiedades.

Los organismos internaciones avisan que la RD es un país cercano a ser declarado incompetente para el pago de sus obligaciones internacionales ya que el endeudamiento nos arropa y la capacidad de pago se achica. Recientemente se conmemoró el centenario de la abominable ocupación económica norteamericana mediante la cual las aduanas pasaron al control extranjero para garantizar los pagos.

Esta calma que se percibe quizá no sea premonición de tormenta, pero no hay que confiarse.