FIGURAS DE ESTE MUNDO

Pongámonos en las manos de Dios

“Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros” (1P 5:7).

Preocupaciones personales, angustias familiares, ansiedad por el presente, cuidado por el futuro, por nosotros mismos, por nuestra nación, por el trabajo, la escuela, la iglesia, debemos echarlo todo sobre Dios. Son cargas onerosas, y suelen ser muy perturbadoras cuando tienen sus raíces en la desconfianza y la incredulidad, cuando torturan y distraen la mente, nos anulan para el servicio e impiden que nos sintamos contentos en lo que agrada a Dios. El remedio es echar nuestra ansiedad sobre Él y dejar todo suceso a disposición de Su gracia y sabiduría.

La creencia firme en que la voluntad y los consejos divinos son correctos calma el espíritu del hombre. En verdad uno suele olvidar esto y se angustia sin necesidad.

Hemos de remitir todo a la buena disposición de Dios, las minas de oro de todas las consolaciones y bienes espirituales son de Él. Entonces, ¿no nos dará lo que es bueno para nosotros si humildemente esperamos en Él y echamos sobre su sabiduría y amor la carga que nos angustia?