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Un desafío a nuestra historia

La República Dominicana no es un campamento militar de la misión bélica que comenzó a establecerse en Haití para eliminar las bandas que azotan aquel país. La nación dominicana no puede constituirse en un campamento militar de tropas invasoras a cualquier país, y mucho menos para fungir como centro de operaciones de esa invasión militar al vecino país de Haití.

Puerto Príncipe, Haití

La policía patrulla las calles del centro de Puerto Príncipe, Haití.Odelyn Joseph

Ofrecer ayuda sanitaria, implicará necesariamente descuidar el sistema de salud nacional. Esos 400 soldados invasores, irán cayendo uno a uno, más que por la bandas haitianas, por el valor y el coraje de ese pueblo que próximamente lucirá empoderado, porque una invasión no la tolera nadie.

Esta más que claro, que aunque se elimine al 100% de los integrantes de esas bandas, el pueblo haitiano no se convierte una sociedad de paz.

Las lesiones que los malos hijos de esa tierra han provocado a toda la población haitiana, son ya lesiones permanentes, donde la principal violencia se recibe todos los días, con las peripecias necesarias para la sobrevivencia.

La gestión del cambio insistió en el día de hoy, en mantenerse apegado a su criterio anti histórico e intervencionista, y ha reiterado la oferta de ofrecer servicios sanitarios a las tropas kenianas, pero en territorio dominicano.

Es un abuso contra la soberanía nacional y contra la paz ciudadana, permitirnos el lujo, de que soldados en guerra, traspasen la frontera con Haití hacia el lado dominicano, supuestamente para recibir soporte medico.

En cada contienda militar, siempre existen campamentos que se asientan, para dar soporte medico a los combatientes, en eso la cruz roja internacional siempre ha llevado la voz cantante.

Vemos un claro y nuevo desacierto por parte de la gestión del cambio, al arriesgar la tranquilidad del pueblo dominicano otra vez, sumando si necesidad, nuevos sentimientos que continuarán criticando y señalando de anti patria y pro ONU, al presidente de la república y su gabinete.

Ahora lleva la voz cantante la sub comandante en jefe, si acaso le cabe el titulo, pero no deja de ser una posición anti histórica y que como malos mayordomos ya demostrado con creces, arriesgan la salud de la república.

Pero no solo se habla de este apoyo sanitario a los invasores Kenianos y demás compartes que próximamente arribaran, sino que se nos estruja en la cara, la solidaridad contraria al presupuesto nacional, al indicar a la prensa esta vocería irresponsable, que el 45% de las camas en nuestros hospitales son usadas por parturientas haitianas.

Una burla descarada y un despropósito de una gestión del cambio que demuestra cada día, que no les interesa el destino de la nación dominicana.

Y aun así, se pretenden continuar los esfuerzos para lograr más impuestos al pueblo dominicano, para que esos recursos sigan cayendo en saco roto. Parece ser que los órganos masculinos que siempre mostraron tener una alta dosis de testosterona, también han claudicado en nuestro país, y han cedido su gallardía para ser parte de los Drag Queens de la postmodernidad.

Ayer un representante de la organización neo colonizadora por excelencia la ONU indicaba claramente, que eliminar las bandas, no elimina la violencia en Haití. En eso estamos totalmente de acuerdo, es que la principal violencia la lleva cada nacional de ese país en su corazón, por el maltrato recibido históricamente por sus políticos mercenarios y depredadores de turno.

La única posición seria que el pueblo dominicano aplaudiría, seria necesariamente sellar herméticamente la frontera con Haití, suspendiendo todas las relaciones comerciales. Y si los héroes y heroínas del PRM desean, que instalen un campamento en Haití, para que ofrezcan la ayuda sanitaria en ese entorno.

La traición a la patria sigue en permanente ebullición. El corazón Duartiano sufre cada vez que percibe estas asechanzas infernales del compromiso pro ONU del gobierno del cambio.

Haitianos cruzan la frontera entre Juana Méndez y Dajabón para participar en el mercado binacional.

Haitianos cruzan la frontera entre Juana Méndez y Dajabón para participar en el mercado binacional.EFE

Y pensar que serán 20 años de despropósitos con la magia del cambio que nos tocará vivir, pues la verdad dolorosa es, que en estos momentos la oposición calla, pues al parecer, también están de acuerdo con la destrucción de la república.

Este desafío a nuestra historia es incompatible con el bienestar de la nación dominicana, pero estamos tan ocupados en lograr que la cruz vaya a casa ajena, por lo que le damos más importancia a un carguito y a un nombramiento, le damos mucho más importancia, que al destino cada vez más difuso del país, algo que fomentamos cada día, con nuestra permisividad y cobardía.

Estamos exponiendo al país a un peligro mucho mayor que el que ya tenemos por la virtual invasión diseminada en todo el territorio nacional de nacionales haitianos. Lo venimos diciendo y reiterando, la cuarta columna hace rato esta dentro y de repente está hasta organizada a la espera de los tambores de guerra.

Ya casos hemos tenido suficiente, desde el robo de fusiles en algún destacamento, los robos cotidianos cercanos a cada edificio que se construye, el asesinato de familias, y el incremento de la violencia y la delincuencia en nuestras calles.

Tener un servicio dedicado para atender a los Kenianos, se ampliara para los invasores que también vendrán de las islas y otros países, y sumara también a los nacionales haitianos heridos hasta de las mismas bandas, salvar la vida de un ser humano, no tiene banderas.

Por eso lo que procede, es que los neo colonizadores comenzando por el gobierno de Tio Sam, instalen un campamento en tierra de Tousaint Louverture y papa Doc, para que reciban atención medica los heridos en un lugar protegido para tales fines.

Es momento de sellar la frontera con Haití, no es posible que los deseos comerciales, estén por encima de la protección ciudadana y que arriesguemos tanto, solo para mantener los amoríos con los intereses supranacionales.

No es posible pretender aumentar la presión tributaria, para seguir financiando los problemas que deben ser resueltos por los Haitianos en su país.

El país necesita se trace la raya de Pizarro y mantenerla, aunque sea por los próximos mil años. Pero no podemos dar lo que no tenemos, si no nos respetamos a nosotros mismos, ¿cómo podremos respetar la patria y mucho menos al pueblo dominicano?.