Con una serie de conquistas electorales, Jean-Luc Mélenchon y su partido Francia Insumisa han logrado consolidar una fuerza auténtica de izquierda en su país, como alternativa al conservadurismo de Macron y al fascismo de Le Pen. Su estrategia: asumir como programa político las causas de los más humildes e ir a la búsqueda de ese voto.

Extraordinario tribuno, Mélenchon formó a una nueva generación de militantes con un discurso de izquierda, quienes lo asumen y propagan al público con gran valentía. “No hay que temerle al pueblo”, proclama Mélenchon, aludiendo a lo que tradicionalmente hacen partidos de centro ante las ideas de solidaridad con los inmigrantes o con Palestina, temas que las derechas suelen utilizar para infundir miedos en las clases populares.

Hoy, a pesar de todo el fuego adverso, el proyecto de una república social, democrática y fraterna que promueve el partido La Francia Insumisa continúa su camino a pesar de la impostura socialdemócrata, al engaño neoliberal y al odio fascista. Grandes lecciones para el mundo y nuestro país.

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