De vuelta al BC

A mi regreso de la Asesoría Económica del Poder Ejecutivo al Banco Central, me encontré que la situación en el Departamento de Estudios Economicos no había cambiado, como señalé en el artículo recientemente publicado sobre mis experiencias en dicha Asesoría. Por eso opté por solicitar un traslado al Departamento de Infraestructura Turística (INFRATUR), porque ya venía de saborear los trabajos en el área real de la economía, y se me ofrecía un desafío por lo que añadiré a continuación.

Debo de explicar a las nuevas generaciones, que a partir de la década de los sesenta del pasado siglo XX, los bancos centrales de Centroamérica y el de la República Dominicana, asumían un rol de entidades financiadoras de sectores productivos, aquí con la creación de dos fondos de fideicomiso en el Banco Central, cuando todavía no existía ley que regulara los mismos, la cual vino a ser aprobada en los inicios de este siglo. El Fondo de Inversiones para el Desarrollo Económico ( FIDE) y el INFRATUR, estos se nutrían, de recursos provenientes de organismos multilaterales y bilaterales de financiamientos, con un menor aporte en pesos dominicanos por parte del Banco Central. Estos recursos se canalizaban a través de las entidades bancarias del país, comerciales y de desarrollo. Y los del Fondo FIDE iban dirigidos a los sectores industrial y agropecuario, siendo responsable del gran impulsor de esos sectores, a partir de las décadas de los setenta hasta los noventa del pasado siglo.

BCRD.

Sede del Banco Central de República Dominicana.fuente externa

El Fondo INFRATUR tenía en aquel entonces dos funciones, además de canalizar recursos al fomento hotelero, también inició el desarrollo de dos proyectos turísticos en la costa norte, con financiamiento del Banco Mundial, el de Playa Dorada, a seis kilómetros al este de Puerto Plata, para turistas de clase media y media alta, y el de Playa Grande entre Rio San Juan y Cabrera, destinado a un turismo de clase alta. La infraestructura, cuyos planos y supervisión fue ganado bajo concurso por una firma inglesa, conllevaba el relleno de los terrenos, división de los lotes hoteleros, la construcción de las vías internas, agua, luz, planta de tratamientos, clubes de playa y un campo de golf con su respectivo club en cada proyecto, construido por el afamado golfista Robert Trent Jones. Estos proyectos constituyeron el primer gran impulso para atraer el turismo al país.

En Puerto Plata se reconstruyó el parque central, la estación ferroviaria, se construyó el aeropuerto, se reconstruyó el muelle de dicha ciudad, se instaló una escuela artesanal para trabajar con finos acabados del ámbar y larimar, contratando técnicos alemanes. También el Hotel Montemar, se convirtió en la primera escuela hotelera del país para formar camareros, bartender, cocineros y demás soportes de recursos humanos para servir con eficiencia al sector, contratándose expertos mexicanos.

Cuando llegue al departamento, toda esta infraestructura estaba en marcha de ser terminada, y se contrató un préstamo con el Banco Interamericano de Desarrollo, para financiar los hoteles y actividades complementarias, incluyendo financiamiento al sector agropecuario, para suplir de alimentos a los hoteles y restaurantes.

El primer hotel fue construido por el Banco Central, con el fin de atraer una prestigiosa empresa hotelera con experiencias en turismo del Caribe, siendo la primera la empresa Jack Tar que ya manejaba hoteles en Jamaica, iniciando sus operaciones en el 1980. Después se instalaron otros construidos por empresarios dominicanos, tales como el ing. Juan Bernal promotor del ensanche Naco con un aparta hotel, el hacendado Isidro García con el primer hotel boutique, los hermanos Pimentel el Hotel Holiday inn, Occidental Hotel y otros no menos importantes.

La década de los ochenta y noventa, fue de florecimiento turístico en esa zona, ya que proyectos en el lado oeste de la ciudad como el de Costambar atrajo un mercado de compradores de viviendas y de turismo, provenientes de Austria y Alemania. Antes de instalarse los proyectos, ya la ciudad de Puerto Plata, se caracterizaba por ser un puerto dedicado al turismo de barco, que hizo florecer pequeños hoteles, exquisitos restaurantes y bares donde se agolpaba el turismo. En un inicio se pensó, que los nuevos hoteles dinamizarían aún más a la ciudad, pero el Jack Tar comenzó a operar como el primer hotel Todo Incluido en el país, y los turistas permanecían dentro del complejo siendo escasos los que salían hacia la ciudad. También el turismo de barco decayó, por la algarabia que armaban en el puerto mujeres de vida alegre, lo que hizo que los barcos abandonaran las excursiones a dicha ciudad. También la entrada del barco al puerto por las corrientes marinas, le representaba un peligro de encallar con las rocas cercanas. Los servicios de los hoteles también decayeron por la tipología de turistas que llegaba a la zona, lo que hizo que Puerto Plata fuera sobrepasada en atracción por otras zonas, como las de Casa de Campo en La Romana, y el fuerte desarrollo de Punta Cana como destino turístico a partir de los noventa.

En mis inicios en Infratur, me tocó trabajar con el Ing. Victor Thomen, un visionario emprendedor, inteligente y capaz, con el cual iniciamos el trabajo de diseñar, junto al Banco Mundial, un programa computarizado de evaluación de la rentabilidad hotelera, para ser aplicado a los proyectos en cartera a ser financiados. En este trayecto, fue nombrado como director del departamento el lic. Fernando Rainieri, en la Gobernación del Lic. Eduardo Fernández, quien solicitó mi designación como subdirector del área financiera. Existía también el área técnica, compuesto por ingenieros y arquitectos, que se encargaban de supervisar y diseñar. Y el área legal para trabajar con los contratos. Fernando Rainieri, ya fallecido, quien fue posteriormente, Secretario de Turismo, era un empresario dinámico, inteligente, sagaz en las negociaciónes, excelente promotor, y muy laborioso. Lo cual para mi fue un gran privilegio trabajar tanto con Víctor, como con Fernando. Y debo decir, que en mi larga carrera pública, tanto en el país, como en las funciones que desempeñé en el exterior, tuve la suerte de laborar bajo la dirección de personas inteligentes, de las que me pude nutrir con sus conocimientos y vastas experiencias.

Una anécdota. En uno de los viajes de supervisión al proyecto por parte de directores ejecutivos del BID, acompañé a un grupo de ellos, a jugar golf en Playa Dorada, como yo no jugaba, uno de los directores me señaló que siendo un funcionario del departamento yo debería de aprender a jugar golf, para acompañar a los potenciales inversionistas, casi avergonzado, me propuse aprender un juego que para mis adentros, me quitaba tiempo de labores por la cantidad de prácticas que requería dicho aprendizaje. En fin, traté de aprender, pero siempre las bolas me salen para el otro lado, con un pésimo handicap.

Después de Infratur, pase a desempeñar el cargo de Asistente del Gobernador, de vuelta al área monetaria y a las negociaciones con en Fondo Monetario Internacional ( FMI), que a la sazón era el Lic. Bernardo Vega el Gobernador, por un percance que tuve con el área gerencial de ese entonces, ya que me solicitaron que enviara mis comunicaciones como subdirector, directamente a esa área, sin pasar por la dirección, a lo que me negué porque no era el procedimiento correcto.

Con la aprobación de la Ley Monetaria en el 2002, los dos fondos desarrollistas fueron eliminados del Banco Central, y transferidos el INFRATUR a la Secretaría de Turismo, y el FIDE al Banco Nacional de la Vivienda ( BNV), así como fue traspasado a la Secretaría de Industria y Comercio, el Instituto de Desarrollo Industrial (INDOTEC), creado bajo la gobernación del Dr Diógenes Fernández, y el cual se encargaba de realizar trabajos de investigaciones para la industria, en cuyas instalaciones se alojó por un tiempo, un centro de estudios para especializar al personal del banco en las áreas monetarias, con profesores extranjeros. También le fue traspasada al gobierno central sin compensación, la mina de oro de Cotui( La Rosario Dominicana).

Antes de concluir, en una ocasión le pregunté a Fernando por qué su hermano Frank, visionario promotor, y exitoso empresario, quien era propietario de Punta Cana, no solicitaba financiamientos para la construcción de los hoteles en esa zona, a lo que me respondió; es que a Frank no le gusta acceder a recursos públicos. Y hasta donde tengo entendido, nunca lo hizo en el area hotelera.

En fin, podrianos señalar que el Dr. Diógenes Fernández, con 13 años en la gobernación, fue un gobernador desarrollista, aunque siempre manejó con prudencia las variables monetarias (en mi estadía en el Directorio Ejecutivo del FMI, el personal técnico me señalaba, que siempre era difícil entender en las entrevistas que hacían en su visita del artículo IV, al gobernador Fernandez, por lo bajito que hablaba. Y yo me reía por dentro, porque estaba aplicando una efectiva técnica de negociación.