La magistrada Germán
He saludado en varias ocasiones, ahora y antes de ser procuradora general de la República a la magistrada Miriam Germán Brito en la librería Cuesta donde acudimos hace años en busca de lectura y peña de amigos.
No soy lo que se dice un amigo, pero si un admirador de su reciedumbre, su ejercicio honesto como magistrada, su sencillez y su entrega, lee poesías en la escalera de la librería, sola con ella misma y sus recuerdos y deleites en la lectura. Un grupo de gente maleada, vergonzosamente enquistados en el poder, soberbios y ruines la quisieron ofender, minimizar y atacar, esos no saben aún que ser grande es mucho más que una posición y mucho más que todo el poder y el dinero robado.
Ahora sale del cargo, sin yates,sin casas, sin cuentas millonarias, sin expedientes y con la conciencia limpia y el deber cumplido, la espera la poesía en la escalera y los libros apretados en su pecho y la historia limpia de una mujer digna de respeto y de ser emulada.
Gracias Magistrada Germán Brito!