Rol de oposición y el poder de Abinader
El principal reto que tienen los partidos opositores de cara al segundo periodo de gobierno del presidente Luis Abinader es determinar la forma en que harán oposición a un mandatario que, después de los comicios del presente año, ha visto incrementar su poder e influencia en toda las estructura del Estado dominicano.
Basta recordar el poder absoluto que tiene el mandatario en las cámaras legislativas y en los municipios, en los cuales las principales organizaciones opositoras, entiéndase el Partido de la Liberación Dominicana y la Fuerza del Pueblo, no cuentan con una cuota que le permita hacer contrapeso al abrumador poder del oficialismo.
El avasallante poder de Abinader no solo se circunscribe al Ejecutivo, Legislativo y lo Municipal, la influencia que tiene en otros poderes y órganos constitucionales seguirá incrementándose en el periodo 2024-2028 de una manera nunca vista.
Para quienes lo dudan, me he permitido hacer un ejercicio sobre los períodos de elección en las altas cortes y órganos constitucionales en los próximos cuatro años donde, para dichas escogencias, todos los ojos del país estarán puestos sobre la figura presidencial ya que estará dirigiendo directa, e indirectamente, esos procesos.
En el periodo julio-septiembre del presente año, el mandatario deberá convocar el Consejo Nacional de la Magistratura, el cual preside, para escoger cinco magistrados, los cuales sustituirán a igual número de jueces que ya concluyen su mandato para el que fueron seleccionados.
En noviembre, los 29 senadores del Partido Revolucionario Dominicano deberán ratificar o seleccionar a los cinco miembros de la Junta Central Electoral, incluyendo a su presidente, e igual número de suplentes, quienes tendrán la responsabilidad de organizar los comicios del 2028, y ese proceso no se llevará a cabo sin el visto bueno del inquilino de la mansión presidencial.
Ya para el 2025, en abril de ese año, el Senado escogerá, de una terna que enviará la Cámara de Diputados, los cinco miembros de la Cámara de Cuentas, y en esa fecha deberá estar aprobada su nueva Ley Orgánica.
En Julio de ese año, el presidente volverá a convocar al Consejo Nacional de la Magistratura para escoger a los cinco magistrados del Tribunal Superior Electoral, incluyendo a su presidente.
Dicho Consejo será convocado nuevamente en abril del 2026 para escoger a nueve de los 16 magistrados que conforman la Suprema Corte de Justicia, entre ellos se escogerá el nuevo presidente, quien además presidirá el Consejo del Poder Judicial.
En el 2027, para el mes de junio, el Senado estará escogiendo al Defensor del Pueblo junto a cuatro adjuntos y suplentes. En noviembre se convocará de nuevo el Consejo Nacional de la Magistratura para escoger al sustituto del magistrado Francisco ortega Polanco, y en diciembre debe sesionar nuevamente para escoger cuatro magistrados del Tribunal Constitucional.
Aunque el presidente ha dicho que no hará un uso incorrecto del poder que le dio el electorado, y ha insistido en que no se designarán militantes políticos en esos cargos, lo cierto es que a los mismos no irían personas hostiles a su gobierno y al PRM.
Muchas personas son de opinión que, con ese abrumador poder el gobierno y el PRM no tienen excusas para no hacer una encomiable gestión, porque controlan y/o influyen en todos los poderes y Órganos Constitucionales, razón por la cual esa fortaleza podría constituir una debilidad, pero hay que recordar que el PLD tuvo casi el mismo control que hoy tiene el partido oficialista y gobernó por 20 años, 16 de manera consecutiva.
Es por eso que, frente al inmenso poder que tiene Abinader, la Fuerza del Pueblo y el PLD deben ser firmes en su rol opositor, pero a la vez inteligentes, y eso lo deben poner de manifiesto con el paquete de reformas que impulsa el mandatario, sí las rechazan debe ser con argumentos sólidos que convenza a la población, y si apoyan algunas de ellas debe ser a cambio de que el gobierno asuma una serie de compromisos tendentes a mejorar las condiciones de la vida de la gente, y conseguir otras garantías institucionales, específicamente en lo relativo a reformar las leyes de Partidos Políticos y Régimen Electoral.
Las críticas de la oposición deben ser documentadas y argumentadas, no desgastarse en el día a día cayéndole atrás a las redes sociales en cosas triviales y banales que no le importan a la gente, porque, insistió, frente a ese abrumador poder, una oposición firme e inteligente es la única herramienta que le queda al PLD y FP ya que en ninguno de los estamentos del Estado tienen la fuerza para servir de contrapeso al inmenso poder oficial, y con lo único que cuentan es con la opinión pública, la cual debe ser bien usada, y no abusada.