Para no reír
Mucho en lo poco
Noches atrás, uno de los personajes de mi sector acompañó a un caballero con quien parecía ser su hijo hasta un puesto de comida ambulante cerca de mi casa.
Lo interesante de todo esto es que pidió algo para ofrecérselo al hambriento señor y al niño. Quizás con esto no les he dicho nada y ciertamente, el personaje en cuestión es uno muy alegre que dedica sus días a trabajar recogiendo la basura por mi casa, ¿Van captando?
Quizás ya entendieron mi punto, tal vez no. Me explico. Al ver la escena me sentí conmovida y muy orgullosa con esa lección que a simple vista entendí como un desprendimiento del lado de nuestro protagonista, alguien que quizás no tiene millones, no espera una quincena para cobrar y por tanto no tiene ninguna seguridad.
Regístrate Gratis
Por favor, regístrate ahora para seguir leyendo