ENFOQUE
Percepciones y aprehensiones sobre la reforma fiscal
Continuaremos refiriéndonos a la percepciones y aprehensiones sobre la reforma fiscal, formuladas como preguntas y expresiones que están en la cabeza de muchos dominicanos; recordando que una reforma fiscal bien ponderada y fundamentada en el comportamiento de la microeconomía contribuye a una economía más robusta y justa, indispensable para el desarrollo sostenible del país.
¿Las reformas anteriores han sido suficientes para abordar el déficit estructural?
Las reformas anteriores no han sido suficientes para abordar de manera efectiva el déficit estructural que ha persistido a lo largo de varias administraciones, porque han respondido a coyunturas de crisis y necesidades de recaudación puntual. La última reforma fiscal profunda se llevó a cabo en el año 1992, es decir hace más de treinta años. Esta reforma sentó las bases del crecimiento económico que ha guiado a la República Dominicana por un extenso período de estabilidad y prosperidad. En el pasado reciente lo que hemos llevado a cabo son modificaciones tributarias, no una verdadera reforma y es por ello, que de manera reiterada surgen necesidades de ajustes. El persistente deficit fiscal requiere una solución más completa y bien planificada, adaptada a las necesidades presentes y futuras de la economía dominicana.
¿Podemos postergar la reforma?
Esta ha sido la salida fácil de los últimos 15 años. Sin embargo, postergar la reforma solo agravará el problema, aumentando la deuda y generando mayores intereses. Estos constreñimientos reducen la capacidad del gobierno para invertir en sectores esenciales y finalmente superar la carencia de servicios básicos, injustificables en una economía en crecimiento como la dominicana. Siempre el momento de actuar resultará inconveniente, por eso hay que reconocer la responsabilidad del Gobierno en asumir la impostergable e incómoda discusión. Este es el momento.
¿Se propondrá alguna amnistía fiscal?
Las amnistías fiscales recurrentes desincentivan el cumplimiento tributario regular y crean una cultura de evasión. Si los contribuyentes esperan una amnistía cada pocos años, tienen menos incentivos para cumplir con sus obligaciones fiscales de manera regular. Esto socava la base tributaria y perpetúa la necesidad de futuras amnistías, creando un círculo vicioso que debilita la estructura fiscal del país.
“Reducir el gasto público es suficiente para resolver el déficit”
Reducir el gasto público superfluo e improductivo es absolutamente necesario. Sin embargo hay un gasto público que es esencial para el funcionamiento del Estado, los servicios públicos y dinamizar el crecimiento endógeno de la economía. Todavía hay una importante demanda insatisfecha de servicios básicos que obligan a dedicar más recursos a las inversiones de capital.
No se debe satanizar el gasto público; lo que se debe exigir es una mayor calidad y eficiencia en su uso, pero los recursos son indispensables para mantener la inversión en infraestructura, salud, educación y otros servicios esenciales que son críticos para los ciudadanos.