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En la diana

La cadena de valor de las reformas

Primer Tiro

El modelo de la Cadena de Valor Público (CVP) debe ser tomado muy en cuenta en el proceso de diseño y ejecución de cualquier programa de reformas dirigido a aumentar la eficacia, la eficiencia y el impacto de las políticas públicas en el bienestar general de la población. La CVP tiene cinco eslabones. El primero representa los insumos o presupuestos asignados a cada unidad que produce bienes y servicios públicos. El segundo está constituido por las actividades que se ejecutan con los insumos o recursos presupuestarios, con las cuales se obtiene el tercer eslabón: el producto o servicio público dirigido a una población particular o general. El producto debe generar un resultado o efecto directo e inmediato en dicha población, alcanzado así el cuarto eslabón, y a un plazo mayor, este efecto debe producir un impacto en el bienestar general en la misma, obteniéndose así el quinto y último eslabón. La CVP es un modelo de aplicación obligatorio a los procesos de planificación y presupuestación general, sectorial e institucional del sector público.

Segundo Tiro

La actividad es el eslabón o puente que conecta los insumos/presupuestos con la producción de bienes y servicios públicos. La reducción de los procesos que intervienen en la producción, de los requerimientos de insumos, la transformacion digital (inclusiva de la prestación no presencial), representan el primer grupo de las grandes oportunidades de ganancias rápidas de eficiencia, eficacia y productividad de las reformas institucionales. La segunda categoría de oportunidades resultaría de eliminar, reagrupar o fusionar actividades según las sinergias aceleradoras de resultados multisectoriales que se puedan obtener. La eliminación de duplicidades, la fusión de organismos con iguales objetivos misionales, son algunos de los caminos que conducen a victoria super rápidas. La tercera y última fuente de mejoras y ganancias rápidas provienen de la revisión y unificación de programas presupuestarios cuyos resultados esperados son los mismos, lo cual se puede lograr mediante la modificación de la programática de actividades y productos.

Tercer Tiro

El producto debe generar resultados (cuarto eslabón de la CVP), y he aquí donde es mucho más difícil lograr los frutos esperados, pues estos no dependen del Gobierno o de la entidad pública prestadora del bien o servicio. La educación debe tener objetivo final el aumento de los años efectivos de escolaridad de la población, y la salud el de los años de vida esperados. La unidad básica de producción del servicio educativo es la escuela, y la actividad fundamental que convierte los insumos (aulas, docentes, equipos y materiales) en producto (adquisición de las competencias definidas en el currículo) es la impartición de docencia, el trabajo y la practica dentro del aula. Pero existen diversos obstáculos que impiden que toda la población beneficiaria reciba el servicio (inasistencia del alumno o el docente, abondono, falta de transporte o alimentación), razón por la cual la actividad no genera todo el producto esperado, y a su vez este no se convierte en todo el resultado deseado. Este mismo análisis puede repetirse para todo el resto del sector público, pero siempre, en todo lugar, momento o espacio, se obtendrá la misma conclusión: si se quiere aumentar la productividad y el impacto de los recursos públicos, es necesario mejorar los procesos y los productos que estos generan. 

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