enfoque
Vencer la pobreza absoluta
Nuestra vida cotidiana suele ser paradójica, y lo decimos porque lo lógico sería esperar que, con el paso de los años, la educación en sus diversas facetas, en nuestro país fuese cada día mejor. Sin embargo, en los estudios que se hacen, no quedamos con resultados que nos hagan sentir satisfechos. Las causas son multifactoriales y no las vamos a analizar en esta publicación. Solo deseamos referirnos primero a un aspecto relacionado de manera indirecta con el título de este artículo, y es eliminar o descontinuar dentro de la asignatura de gramática (en la educación media e intermedia) lo que se conocía como lectura comprensiva, que en esencia consistía en que se leía -sin previo aviso-, algo elegido por el maestro (a) de gramática, y acto seguido se daba un examen, para evaluar si se habían comprendido los párrafos leídos.
Aunque visto de esa manera podría parecer simplón, era de mucho provecho, porque había que poner mucha atención y eso ejercitaba el cerebro para ser capaz de poner atención también en otros aspectos de nuestra vida cotidiana. Y en especial nos capacitaba para comprender los conceptos básicos de cualquier asunto. Pero en la actualidad muchas personas no ponen atención a los asuntos que aparentemente les interesan y por eso suelen quedarse en una especie de "limbo intelectual". Y eso ocurre tanto en el mundo secular como en el religioso. Y así usted puede percibir con relativa facilidad que, por malas interpretaciones de los relatos bíblicos, algunos musulmanes cometen atrocidades. Y también religiones protestantes y católicos yerran en sus interpretaciones. Así por ejemplo, dentro de los católicos están los Jesuitas que se caracterizan, entre otras cosas, por hacer “votos de pobreza”, con la aparente intención de transmitir el concepto -a manera de metamensaje- de que la pobreza es algo noble, cuando en realidad es una calamidad. Parte de esa mala interpretación se debe básicamente a que muchos católicos y protestantes leen la Biblia de una manera parecida a como suelen hablar muchos jóvenes actualmente (mutilando o cortando las palabras), ejemplo: tengo que ir al cole (colegio).
Jesucristo en lo que se conoce como: "El sermón del monte o de las bienaventuranzas", dijo lo siguiente: "Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos". (Mateo 5:3). Entonces eso es desfigurado y se centran en la primera parte (Bienaventurados los pobres) lo cual es un error tremendo porque Jesucristo dijo claramente: Pobres en espíritu, o sea, se puede ser una persona muy rica y ser pobre en espíritu. Así por ejemplo, cuando Jesucristo fue crucificado y murió (Juan 19:38-42), todos los pobres se fueron, incluidos familiares terrenales y discípulos directos. Sin embargo, los que sí hicieron acto de presencia fueron dos personas muy ricas y de mucho prestigio social (ricos materiales y pobres en espíritu). José de Arimatea llegó a un acuerdo con Pilato, quien le concedió que tomase el cuerpo crucificado de Jesucristo, lo cual era muy importante porque lo acostumbrado era dejar el cadáver en la cruz para que las aves de carroña hiciesen su "labor" (sacarle los ojos, etc.), para que eso amedrentase a los delincuentes. El otro rico fue Nicodemo, este llevó perfumes y especias carísimos, y lo prepararon y le dieron sepultura de manera digna. Y reiteramos que no llegó ningún pobre. Así como vimos que se puede ser una persona muy rica y ser pobre en espíritu, también existe lo contrario, ser una persona pobre y pasarse la vida rumiando su infortunio, sin hacer, aunque fuesen cosas mínimas para cambiar su calamitosa situación. Esta introducción nos servirá de base para tratar de explicar, lo que intenta transmitir el título de esta publicación. Lo cual se origina, en que, con las palabras del presidente de nuestro país, en LA Semanal del pasado 4 de junio, ha ocurrido algo parecido a las palabras de Jesucristo, o sea, ya sabemos hasta la saciedad que Jesucristo dijo: Pobres en espíritu, pero lo que se ha resaltado ha sido la palabra pobreza. Y en el caso del Presidente este dijo textualmente: "Ponernos como meta eliminar la pobreza absoluta del país". Sin embargo, su mensaje central fue mutilado, resaltándose la palabra pobreza, sin el adjetivo “absoluta” empleado por el presidente, y eso que podría ser visto de manera superficial, como algo trivial, en realidad no lo es, debido a que esa acción desvirtúa por completo el mensaje que se pretendía dar, porque de la misma manera que sabemos que existen diferentes tipos de inteligencia, también sabemos que existen diferentes tipos de pobreza.
Tratar de hacer ver que se dijo “pobreza” únicamente, podría tener la intención subliminal de llevar la idea de que quien dijo eso, mínimo es un orate (un Quijote moderno), porque hasta los incrédulos irreductibles saben que Jesucristo dijo: "Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuándo queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis" (Marcos 14:7). Es decir, que la pobreza siempre existirá.
El eminente catedrático de la psiquiatría española, Alonso Fernández, en una ocasión dijo que sí se hiciese una acción populista global, y se repartiese todo el dinero del mundo en partes iguales a cada persona, en menos de cinco años, todo estaría igual que antes, debido a que siempre habrá personas más hábiles que otras, mejores negociantes. Es decir que ni, aun así, sería eliminada la pobreza.
La pobreza es definida de muchas maneras, pero vamos a tomar la de la Fundación Joseph Rountree, del Reino Unido: “Es aquella situación que se da cuando los recursos de una persona (principalmente sus recursos materiales) son insuficientes para satisfacer sus necesidades mínimas (incluida la participación social)". La pobreza absoluta, para Luis Ravina, investigador principal de “Navarra Center for International Development”, de la Universidad de Navarra, “es la carencia de los bienes necesarios para cubrir las necesidades que llamamos básicas: alimentos, agua potable, vivienda o salud". Los escépticos y quisquillosos podrían pensar que el Presidente habló de manera demagógica, como si estuviese aún en campaña política.
Antes de seguir desarrollando el tema, creemos necesario aclarar que quien esto escribe nunca ha pertenecido, ni simpatizado por ninguno de los partidos que han existido en nuestro país. Entonces ya sabiendo qué es la pobreza absoluta, podemos asegurar que si de verdad se comienzan a dar pasos concretos como dice la Biblia: "Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma" (Santiago 2:17), entonces se puede comenzar el proceso arduo de vencer la pobreza absoluta. Veamos un ejemplo de que sí se puede: Singapur era un país con una pobreza absoluta casi generalizada. Era tan pobre, que en 1965 se independizaron sin tener que pelear (Inglaterra no se opuso). Su población es de cinco millones y medio de habitantes. Y además de su gran pobreza también tenían muchísimos adictos a los derivados del opio, enfermedades como la malaria, poca mano de obra calificada, y otros males. Pero un visionario Lee Kuan Yew (LKY), creyó y visualizó que las cosas podían cambiar. Y en la primera década de su mandato como primer ministro, resolvió el problema del déficit habitacional, impulsando el sector construcción, fomentó la educación como motor para el crecimiento del país. Luego el próximo primer ministro continuó las obras de gobierno de LKY, y también el siguiente está dándole continuidad (es el primer ministro actual, desde 2004) y en realidad es hijo de LKY. Lo Importante es poder percibir con ese ejemplo que, con un trabajo sostenido, se puede vencer la pobreza absoluta. Y esto es muy importante que pueda ser percibido, porque de esa manera se puede encender la llama de la fe secular. Los visionarios son personas especiales, con la cualidad de creer en sus proyectos, aunque les puedan llamar orates. Así, por ejemplo, lo que hoy conocemos como: "Las Vegas" era un terreno prácticamente desértico, y un gánster de la mafia norteamericana Bugsy Siegel, visualizó lo que hoy es el enorme y riquísimo negocio de esa ciudad. Aunque en realidad no pudo disfrutarlo, porque por intrigas de otros miembros prominentes de la mafia, decidieron eliminarlo. Pero el mensaje es que su visión hoy es una realidad. Es importante tener el optimismo y la tenacidad de los visionarios, porque muchos países tienen la dicha de tener abundantes riquezas naturales (petróleo, gas, oro, níquel y otros), sin embargo, sus ciudadanos no disfrutan de la bonanza que deberían tener, a causa de gobernantes ineptos o malintencionados.
La palabra “vencer” tiene múltiples acepciones, significados o definiciones, y lo que más rápidamente llega a la mente es asociarla con derrotar, pero en esta ocasión vamos a asociar el vencer con la definición que dice: “Es conseguir lo que uno desea en una disputa física o moral”. Por tal razón, si se fortalecen la educación, el sector construcción, la agricultura, el turismo que está marchando más o menos bien, aunque tiene varias aristas, y otros sectores, entonces sí se podría vencer la pobreza absoluta. Pero dejando suficientemente claro que nunca se debe creer que es una misión a corto plazo.
El autor es general psiquiatra (retirado) del Ejército