Si es renovación, deberán ser nuevas caras…
Luego de ser testigos del peor desempeño a nivel electoral obtenido por uno de los principales partidos del país, hablar de renovación entiende uno que implicaría nuevas caras, sucesión del liderazgo en posiciones estratégicas, hablamos de militantes con reconocida experiencia tras bastidores, renombrados profesionales que puedan aportar una visión fresca, que conecten con esa población que necesita identificarse, no con perpetuas figuras políticas que tuvieron sus oportunidades para hacer el trabajo, decepcionando a más de uno, sino con jóvenes líderes, que se han destacado por su desempeño en la carrera política y partidaria, con experiencia probada y perspectivas refrescantes que idealicen la oportunidad de mejorar, de fortalecer y con la posibilidad de modernizar un partido que fue fundado en base a los valores de honestidad, servicio y bienestar social, principalmente.
Y como prueba de esto, bien podría verse manifestada la voluntad popular en la escogencia del senador del Distrito Nacional. ¿Por qué querer empeñarse un líder en postularse eternamente, en lugar de ser mentor, consejero, consultor o asesor, en el nacimiento de los nuevos liderazgos, desprendiéndose, y a su vez, perpetuando su liderazgo cediéndolo?
Esperemos, y deseamos, que la renovación sea real, que podamos tener más opciones, mayores debates, más oportunidades de sentirnos identificados y de poder elegir a quienes puedan representarnos con renovados valores de convicción, honestidad, transparencia y compromiso.