El odio, como sentimiento humano, tiene profundas implicaciones en la sociedad. Afecta las relaciones interpersonales, la cohesión comunitaria y la convivencia en general. El odio es un caldo de cultivo para la violencia. Desde conflictos familiares hasta guerras entre naciones. La historia está llena de ejemplos de cómo el odio ha llevado a la destrucción y la pérdida de vidas.

El odio afecta la salud mental tanto de quienes lo sienten como de quienes son objeto de él. Combatirlo requiere esfuerzos colectivos para promover la empatía, la educación y el diálogo. Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.

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