El sector eléctrico oficial se electrocutó
Cuando soplan vientos de reforma fiscal, todos los ojos de los agentes económicos están puestos sobre el sector eléctrico oficial, específicamente, por el mediocre desempeño de las Empresas Distribuidoras de Electricidad, no solo por la debacle en términos financieros, sino por la incapacidad gerencial de sus principales funcionarios, lo que ha constituido un verdadero dolor de cabeza para el gobierno del presidente Luis Abinader.
Como resultado de la Ley 1-12 de la Estrategia General de Desarrollo 2030, que tiene como mandato la firma de tres grandes Pactos, los representantes de los distintos sectores que contempla dicha normativa decidieron dar prioridad al Pacto Eléctrico sobre el Pacto Fiscal, por el razonamiento lógico de que, sí se lograba reducir el déficit del primero, se tendría una idea más clara del alcance del segundo.
Con la entrada en vigor de dicho Pacto se crearon grandes expectativas, las que se apuntalaron con la eliminación de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), la rectoría del sector que, en la práctica, asumió el Ministerio de Energía y Minas, y la creación de un Consejo Unificado que asumió las responsabilidades de los Consejos de Edeeste, Edesur, y Edenorte, los cuales fueron disueltos.
Con un discurso de transparencia, ahorro, y austeridad, los funcionarios del sector salieron con todos los bríos, a la vez que iniciaron una campaña de denuncias sobre supuestos, o reales, actos de corrupción de los pasados incumbentes, con querellas judiciales incluidas, mientras prometían un futuro más promisorio para un sector que carga a cuesta cuatro décadas de crisis.
Pero, una cosa piensa el burro y otro el que lo apareja, los nuevos jefes del sector eléctrico oficial confundieron el ahorro y la transparencia con la falta de gerencia, en lo concerniente a la compra de materiales y equipos para los trabajos de reparación de averías, mantenimientos de redes, e instalación de nuevos medidores.
El desabastecimiento más crítico ha sucedido con los medidores. Familias, desarrolladores de proyectos habitacionales, y emprendedores que han decidido abrir oficinas y locales comerciales, han pasado la de Caín para que Edeeste, Edenorte, y Edesur les instale un medidor, y tras meses de espera, las Edes “resuelven el problema” instalando una conexión directa para calcular el consumo de electricidad al ojo por ciento.
Uno de los momentos más críticos del sector eléctrico, en la actual gestión de gobierno, fue cuando la Superintendencia de Electricidad dispuso varias alzas a la tarifa eléctrica, coincidiendo con prolongados apagones. Eso generó airadas protestas en la población, teniendo que intervenir el presidente Abinader para dejar sin efectos dichos incrementos.
En cuanto a las pérdidas técnicas y financieras de las Edes el descalabro no puede ser peor, las actuales autoridades recibieron un nivel de pérdida en promedio de 29%, y para el mes de agosto del 2023 las pérdidas totales de las tres Distribuidoras ascendían a 41.%. A febrero de este año ese porcentaje se redujo a 38.8%, de acuerdo con el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES).
Como se puede ver, con todo y el Pacto Eléctrico que entró en vigor en el 2021, el nivel de pérdidas de las distribuidoras es un 10% superior a como lo recibió este gobierno en agosto del 2020.
Recientemente, en la celebración del aniversario del Consejo Nacional para la Empresa Privada, su presidente, Celso Juan Marranzini, estimó que los subsidios por pérdidas de las Edes superan los U$1,500 millones, equivalente a 1.5% del Producto Interno Bruto, lo que indica que gran parte del déficit fiscal se genera por los problemas del sector eléctrico.
La falta de gerencia y liderazgo del sector se explica por sí solo; la Distribuidora del Este ha tenido cuatro administradores general en menos de cuatro años, el Consejo Unificado de las Edes lleva tres presidentes, dos Superintendentes de Electricidad, y un funcionario ha dirigido una distribuidora, el Consejo Unificado y la Superintendencia; y el presidente de Punta Catalina es, a la vez, presidente del CUED.
Buscando poner orden en la casa, el presidente Luis Abinader se vio en la necesidad de designar a la vicepresidenta Raquel Peña, quien ha mostrado una gran capacidad gerencial, como presidenta del Gabinete del Sector Eléctrico.
Justo es reconocer que la parte de generación ha tenido un mejor desenvolvimiento, ya que se han agregado al sistema la planta flotante Estrella del Mar III, las barcazas de Azua y Boca Chica, se han firmado cerca de 40 contratos de energía renovable, y se realizó la licitación de dos plantas a gas natural en Manzanillo que aportarán 800 megavatios.
Con la inminente reforma fiscal que ya se debate en esferas del gobierno, liderazgo político, y sectores económicos, las exigencias a la administración del presidente Luis Abinader no solo será por una mejora en la calidad del gasto, también será por la adopción de medidas drásticas para enrumbar el derrotero del sector eléctrico oficial, el cual, principalmente en lo concerniente al manejo de las Distribuidoras, se electrocutó.