FIGURAS DE ESTE MUNDO
Compasión de la gente
“Tengo compasión de la gente, porque ya han estado conmigo tres días y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino” (Marcos 8:2-3).
Millares de pobres habían seguido a Jesús hasta el desierto. Buscan un mensaje que llene el alma, que reconcilie el corazón, que calme la sed de justicia, es decir, tienen hambre del pan de vida, que es la palabra del Señor. Pero hace tres días que no comen el pan de cebada para alimentar el cuerpo.
Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: “Tengo compasión de la gente, porque ya han estado conmigo tres días y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino”.
Los discípulos le dijeron: “¿De dónde sacaremos nosotros tantos panes en el desierto para saciar a una multitud tan grande?”. Sin duda, Jesús tenía razón. Eran hombres de poca fe.