La intermediación agrícola

Hace unos días estuve en el campo, en la finca de la familia en San Francisco de Macorís, acompañando a nuestro querido padre, cuyo sitio predilecto es esa propiedad, donde nació y casó su madre y donde pasó gran parte de su infancia.

Almorzando un rico sancocho, nos acompañaron a la mesa varios productores agrícolas; nos ponían al tanto de los precios a que en finca se estaban comprando la yuca y los plátanos.

Me quedé asombrado al escuchar que la yuca se estaba comprando a 6 pesos la libra, los plátanos Fiat a dos pesos y los criollos a cinco.

Cuando pregunté a cuánto estaba vendiéndose la libra de yuca en los supermercados, me dijeron que a 24 pesos y los plátanos entre 17 y 20 la unidad.

Creo que de las reformas que hay que discutir deben estar la asombrosa diferencia de precios de una intermediación perjudicial para el productor agrícola, que es una especie de héroe nacional, junto a los consumidores finales.

Sé que en República Dominicana hay libre mercado, que los precios no pueden decretarse desde el gobierno, pero algo hay que hacer. Creo también que Inespre puede jugar un rol fundamental para garantizar precio justo a los productores y precios asequibles a los consumidores.

El Estado debe buscar mecanismos ágiles de compra de productos agrícolas y pagos inmediatos, sin tantos trámites burocráticos, que llevan a muchos productores a no fiar al Estado porque se dilatan en los pagos.

La seguridad alimentaria autosuficiente es un tema de seguridad nacional. Es una bendición de Dios a esta tierra nuestra, que podamos producir los rubros básicos que consume el pueblo dominicano.

En todos los países capitalistas existe libre mercado, pero igualmente reglas no escritas de márgenes razonables de beneficios.

Otro de los factores que puede ayudar a bajar los costos de la intermediación agrícola es el transporte.

Se hace necesario el transporte de carga y pasajeros vía ferrocarril a las regiones más productivas.

La construcción de grandes mercados en las grandes ciudades; que el productor pueda vender con facilidad lo que produce y el consumidor favorecerse con mejores precios.

Tenemos todas las condiciones de aumentar la rentabilidad de la producción nacional, tanto para consumo local como para exportación.

El gobierno del presidente Abinader ha dado gran apoyo al campo, pero es mucho lo que podría lograrse, además, si la rentabilidad de la producción agrícola mejora sin afectar al consumidor, abaratando la intermediación a márgenes racionales.