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Promotores de salud mental

Tenemos una deuda pendiente en cuanto al abordaje de la salud mental en las unidades comunitarias. La atención a la salud mental en entornos comunitarios puede prevenir situaciones de vulnerabilidad en la población. A pesar de que actualmente existe la intención de mejorar este abordaje, es necesario asumir acciones más contundentes para enfrentar las diversas problemáticas que afectan a la nación.

El Plan Nacional de Salud Mental 2019-2022 desarrolló líneas estratégicas para organizar la estructura de atención. La línea número 2 plantea una estrategia de promoción y prevención de trastornos mentales y problemas psicosociales, con el objetivo de llevar a cabo una amplia gama de intervenciones sociales y comunitarias para mejorar la calidad de vida de la población (página 29). Tras la pandemia, las vulnerabilidades en salud mental se han intensificado y es urgente activar las unidades con recursos humanos capacitados para proporcionar asistencia.

Las universidades son aliadas claves para repensar las intervenciones comunitarias. La participación comunitaria abarca una serie de actividades, enfoques y propósitos que, como centros de gestión académica, llevan a cabo proyectos e intervenciones en favor de los más vulnerables.

Como instituciones de educación superior ofrecen programas a la sociedad de fortalecimiento comunitario relacionados con la seguridad ciudadana, capacitaciones para voluntarios y líderes comunitarios, programas para mejorar las conexiones y la convivencia respetuosa, prevención de conductas de riesgo y programas recreativos.

A menudo, la salud mental comunitaria se asocia de manera simplista con actividades recreativas, y se recurre a campañas con influencers para abordar temas de salud mental, lo cual no tiene un efecto a largo plazo. La salud mental debe ser abordada por profesionales capacitados y comprometidos en el área. Debe verse como acciones que promuevan transformaciones en los lazos comunitarios hacia vínculos solidarios, fortaleciendo a la comunidad para que se convierta en un agente activo de transformación de la realidad. Esto implica generar condiciones propicias para que la comunidad tome decisiones autónomas y conjuntas sobre su proceso de salud, enfermedad y desarrollo comunitario.

La atención primaria en entornos comunitarios permite que los ciudadanos encuentren espacios para abordar sus preocupaciones o desafíos mentales. La pandemia ha puesto sobre la mesa temas importantes, especialmente relacionados con trastornos depresivos, de ansiedad, adicciones, conflictos comunitarios, violencia intrafamiliar, ideaciones suicidas, maltrato infantil, entre otros. Los trastornos mentales, cuando no se abordan correctamente, pueden llevar a la discapacidad. Contar con estrategias centradas en las comunidades fortalece el desarrollo de la sociedad. Casi 5 años después del Plan Nacional de Salud Mental, es necesario revisar los enfoques y los fondos de gestión para la intervención. Las evaluaciones permiten identificar oportunidades de mejora; es necesario reconocer la necesidad de construir espacios de seguridad y bienestar, así como fortalecer al personal encargado y mejorar las propuestas, dado que muchas enfermedades mentales están asociadas con interacciones psicológicas, sociales y biológicas. Solo un sector limitado de la población puede acceder a tratamiento privado para problemas psicológicos.

En la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), ofrecemos apoyo y estamos comprometidos a guiar en los procesos que beneficien a la sociedad a través de iniciativas comunitarias.