enfoque
Posibilidades
La manera más sencilla de definir posibilidad es “la capacidad que tenemos para que algo suceda”. Así, por ejemplo, en nuestro país tenemos una liga de fútbol que es exitosa. Sí ocurriese que el equipo del fútbol Atlético Vega Real, recibiese a otro combinado para disputar un partido, solo existen tres posibilidades: Puede ganar el equipo vegano, podría triunfar el equipo visitante o podría ser un empate. O sea, no es posible que un partido de fútbol finalice con un resultado que no sea alguna de las tres posibilidades mencionadas.
En nuestra vida cotidiana, eso de las posibilidades que parece tan sencillo, en realidad podría complicarse y traernos consecuencias negativas. Así, por ejemplo, se suele hablar -casi siempre de manera teatral- de que debemos esforzarnos en buscar el bienestar de los pobres. Y eso, visto de manera superficial es muy bonito, atractivo, almibarado e incluso hasta casi sublime.
Sin embargo, las enseñanzas de la Biblia no son tan melosas con los pobres. Veamos un versículo bíblico: "En el barbecho de los pobres hay mucho pan; más se pierde por falta de juicio" (Proverbios 13:23). En esencia el mensaje es que muchos pobres tienen los medios para cambiar o mejorar su situación, pero en la mayoría de los casos no lo logran por pereza, desidia, terquedad y otros calificativos que usted desee agregar.
Le pondré un ejemplo: una persona pobre, amigo de quien esto escribe, había tenido su tiempo de bonanza, siendo administrador de negocios de compraventas, pero por imprevistos, ocurrió como el título de una canción de Emmanuel: "Todo se derrumbó". Y pasó de ser próspero, no tan solo a vivir como chiripero (persona que trabaja en cualquier cosa que aparezca), sino que además la esposa y los hijos le abandonaron, y además comenzó a padecer de crisis de pánico, las cuales aprendió a controlar con la psicoterapia y las técnicas que le enseñamos. El asunto es que le dijimos a este buen amigo: “Creo que deberías inscribirte en INFOTEP, y hacer un curso para plomero, y no tan solo dejarás de ser chiripero, sino que además tus ingresos mejoraran de manera significativa, y tendrás una mejor valoración social”. Me respondió que sí haría el curso en INFOTEP (con una duración de aproximadamente tres meses), pero no lo ha hecho. Y otra persona que estaba ahí cuando se lo dije, sí hizo el curso, y le va muy bien económicamente. Creemos que ese ejemplo les hará comprender mejor el versículo citado del libro de Proverbios.
A propósito de los plomeros, los consideramos “personajes especiales” (para no decir algo ofensivo) y sumamente altaneros. Eso ultimo lo decimos porque con dolor de mi alma, tengo que admitir que un plomero me "derrotó", usando argumentos propios del famoso abogado Perry Mason, de una serie televisiva del siglo pasado, quien nunca perdía un juicio. Pues bien, a ese plomero le llamé por una avería en el baño de mi habitación, y él acude y me dice de manera amable: Dígame doctor en qué puedo servirle. Cuando le explico me responde que para ver la avería y hacer el "diagnóstico" eso me costaría X cantidad de dinero, y que luego por repararla me diría cuánto más tendría que pagarle.
Reconozco que me molesté, y le dije: ¿cómo puedes decirme que me cobrarás X por hacer el "diagnóstico". Y el plomero sin inmutarse me dice: Doctor cálmese, porque usted y yo hacemos lo mismo (en esos momentos mi molestia se estaba transformando en ira). Pero él continuó, porque usted encuentra muy justo que sus pacientes privados le paguen por su consulta, y además sí el caso lo amerita y hay que Internarlos, también cobra por eso. Y todo eso usted lo ve muy bien, y yo también. Sin embargo, su rostro me dice que no cree que yo deba cobrar por mi trabajo. Esas palabras desinflaron mi ira, debido a que recordé que la Biblia dice: "Digno es el obrero de su salario" (1 Timoteo 5:18). La discusión terminó, le pagué su "diagnóstico" y la reparación de la avería.
Muchas personas pobres aun teniendo grandes posibilidades de cambiar su situación calamitosa, suelen tener como principal muletilla la palabra “Pero”.
El inmenso escritor Amado Nervo tiene un poema con un magnífico mensaje, dividido en dos partes, la primera se titula “Fe” ...y la segunda “Las posibilidades”. Veamos esa segunda parte: "La vida es como un arca inmensa llena de posibilidades. Es más bien como un enorme río lleno de posibilidades. No es aventurado esperarlo todo. No le cuesta más trabajo a esa corriente formidable, en que están las causas y los efectos, llenar un ánfora grande que un ánfora pequeña. La aventura más extraordinaria puede lo mismo que la más insignificante, venir en esas crespas olas que brotan de la fuente misteriosa del ser y a ella vuelven fecundando el infinito universo. Revela por tanto gran desconocimiento de la magnitud de la vida y gran mezquindad de espíritu la desconfianza de que llegue una cosa simplemente porque es muy bella, la cantidad de cosas bellas que diariamente se otorgan al mundo y en las cuales el mundo suele no fijar atención, distraído y atormentado por ansiedades vanas y egoísmo triste, es incontable, es formidable, es pasmosa. Las cosas, dice un pensador, nos parecen imposibles hasta el día en que se realizan. No creas, pues, jamás que la excelencia de un bien es condición negativa para su advenimiento. Abre con tu confianza todas las capacidades de tu espíritu, ante la posibilidad de recibirlo. No sea que, cerradas por las llaves de tu escepticismo, tus puertas interiores, cuando llegue la felicidad suma que te tocaba en suerte, no pueda entrar... y se aleje para siempre".
Veamos ahora otro relato que tenía la posibilidad de finalizar en tragedia, pero afortunadamente no fue así. A mediados de los años ochenta del siglo pasado, una colega psiquiatra trabajaba para Salud Pública (no existía el Servicio Nacional de Salud, SNS) y su lugar de trabajo estaba en la prolongación de la avenida 27 de Febrero. Esta colega se dirigía hacia su trabajo, pero manejaba de manera errática, razón por la que una persona desde otro automóvil se emparejó con ella en la transitada vía y le hizo señas de que bajase el vidrio. Ella lo hizo y él le dijo: “Señora por favor maneje con más cuidado, porque usted podría tener un accidente, o provocar que otros lo tengan”. La colega con rostro de malhumor por la recriminación del otro automovilista, le vociferó: Con qué derecho usted me habla así... "Cara e´ guardia". Y en esos momentos el semáforo dio luz verde, y ella metió el pie en el acelerador y se fue... pero el automovilista la siguió, y en el siguiente semáforo que estaba en rojo (Churchill con 27) le dio alcance. Y para sorpresa de la colega, ciertamente era un militar sumamente corpulento, de más de seis pies de estatura, y vestido con chamaco militar. El hombre se acercó a su vehículo, le tocó su ventanilla y le hizo señas de que bajase el vidrio, y con voz gutural, y rostro que a ella le pareció satánico le dijo: Doña ¿cómo tenemos la cara los guardias?, la colega me contó que sintió un frío en todo su cuerpo, y que unas gotitas de orina habían salido de manera involuntaria, a lo cual se unía una sonrisita bobalicona. Le respondió de manera sagaz: muy hermosa y atractiva, mi señor, aunque el militar continuaba enojado, esa hábil respuesta lo "desarmó"... y se dirigió a su vehículo y se marchó. Aunque este relato podría parecer cómico, para la colega no lo fue, porque aquello se convirtió en lo que se conoce en psiquiatría como “Vivencia”, que es toda experiencia que deja una huella imborrable en el individuo.
Esa vivencia tuvo como resultado feliz, que, a partir de ese susto, la colega dejó para siempre el manejo errático, y jamás volvió a decirle a ningún varón de manera despectiva que tenía: " Cara e´ guardia".
La reflexión es que deseamos que los pobres de nuestro amado país comprendan que tienen las posibilidades de mejorar su calamitosa condición, haciendo por ejemplo carreras técnicas, como las que ofrecen las escuelas vocacionales de nuestras Fuerzas Armadas, el INFOTEP, EL ITLA y otros centros de formación.
Promipyme también facilita, en especial a mujeres, la oportunidad de emprender diversos negocios con préstamos blandos. Y así, con estas y otras opciones se haría realidad la sublime expresión del maestro Séneca: “Suerte es lo que sucede cuando la preparación encuentra la oportunidad”.
El autor es general psiquiatra (retirado) del Ejército