México y la posibilidad democrática
El neoliberalismo continúa tratando de persuadir a los movimientos progresistas del continente americano, que la única vía de gobernanza contemporánea es aliándose a las oligarquías que han solido tutelar las naciones latinoamericanas desde los tiempos coloniales.
La cuarta transformación impulsada por López Obrador en México, ratificada el pasado domingo por la victoria de Claudia Sheinbaum, es un mensaje claro al estatus quo: los pueblos, cansados de la desigualdad y sus sufrimientos, sí saben identificar los discursos baratos y las poses oportunistas. Quieren ser partícipes de una historia que les garantice dignidad universal, vía derechos sociales, económicos y políticos.
Después de la primera ola de movimientos de izquierda en América latina, a principios de este milenio, una segunda ola confirma un proceso internacional. Sigue pendiente en República Dominicana el surgimiento de un proyecto popular que cambie la historia y complete el ciclo democrático que fue interrumpido por la intervención extranjera de 1965.