Sobre el Fentanilo: Un desafío para la salud pública
Desde 2017, múltiples artículos de la prensa han reportado preocupaciones sobre el tráfico, consumo y hasta la posible producción de fentanilo en la República Dominicana. Como médico especialista en emergencias y medicina critica, me ha tocado responder a algunas muy tristes llamadas con un alto índice de sospecha de fentanilo, pero poca capacidad para diagnosticar y tratar de forma rápida. La posible presencia del fentanilo en la República Dominicana debe ser motivo de preocupación tanto en términos de salud pública como de seguridad nacional. Este opiáceo sintético extremadamente potente, hasta 100 veces más fuerte que la morfina, ha causado estragos en otros países exacerbando los problemas de adicción y mortalidad por sobredosis. En este artículo, exploraremos la importancia de abordar este tema como un problema de salud pública urgente, la necesidad de implementar una campaña educativa, fortalecer la capacitación de los primeros respondedores y garantizar los recursos necesarios para diagnosticar y tratar casos de emergencia relacionados con el fentanilo.
Varios países, como Estados Unidos y Canadá, han enfrentado desafíos significativos relacionados con el fentanilo. En 2016, mientras trabajaba como director médico en el Jackson Memorial Hospital en Miami, me asignaron a trabajar en la Fuerza de Tarea de Opioides del Departamento de Salud Pública del Condado Dade (Ciudad Miami). Durante este trabajo, realizamos un estudio que encontró un número elevado de sobredosis por opioides, 350% mayor que los casos históricos de años anteriores, y muchos pacientes necesitaban 3-5 veces más antídoto (naloxona) que en otros casos históricos. A través de nuestras investigaciones, descubrimos que la heroína de la calle estaba siendo contaminada con fentanilo. Realizamos estudios de inteligencia epidemiológica y encontramos que el fentanilo provenía de la frontera con Canadá y posiblemente procedente de China.
En Estados Unidos, la crisis de los opioides ha provocado un aumento dramático en las sobredosis y muertes asociadas con esta droga. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), más de 70,000 muertes por sobredosis en 2019 estuvieron relacionadas con opioides sintéticos como el fentanilo. Canadá ha experimentado un problema similar, con un aumento en las muertes por sobredosis y un impacto severo en las comunidades.
Estas experiencias internacionales nos brindan lecciones valiosas sobre cómo enfrentar la crisis del fentanilo en la República Dominicana. La implementación de políticas de salud pública efectivas, campañas educativas y el fortalecimiento de la respuesta de los primeros respondedores han sido claves en estos países para mitigar el impacto del fentanilo. Aprender de estas estrategias y adaptarlas al contexto dominicano es esencial para prevenir una crisis similar.
Uno de los principales desafíos en la República Dominicana es la falta de una cultura médica enfocada en la toxicología clínica. Muchos profesionales de la salud no están adecuadamente capacitados para identificar y tratar casos de intoxicación por fentanilo. Esto puede llevar a diagnósticos erróneos, tratamientos inadecuados y un aumento en los riesgos para la salud pública. Además, la disponibilidad limitada de antídotos para contrarrestar los efectos del fentanilo agrava aún más la situación.
La República Dominicana también enfrenta oportunidades relacionadas con la infraestructura de salud y los recursos limitados sobre todo para temas de emergencias toxicológicas. Las instituciones de salud a menudo carecen de conocimiento, equipos y suministros necesarios para manejar emergencias relacionadas con el fentanilo. La falta de acceso a medicamentos esenciales, como la naloxona, un antídoto efectivo para las sobredosis de opioides, se presenta como una oportunidad a abordar.
La presencia de fentanilo en la República Dominicana plantea una serie de problemas adicionales, como el riesgo de sobredosis accidental debido a la mezcla de fentanilo con otras drogas ilícitas. Esta práctica es común entre los productores de drogas ilícitas y traficantes buscan aumentar la potencia de sus productos, pero resulta extremadamente peligrosa para los usuarios que pueden no estar conscientes de la presencia de fentanilo y dado el circuito criminal de esta práctica las dosis y concentraciones no están reguladas con estándares y control de calidad, prestándose a gran peligrosa variabilidad.
Para abordar estos problemas, es crucial implementar una serie de medidas: 1. Fortalecer la capacitación en toxicología: Es esencial que los profesionales de la salud reciban capacitación adecuada para identificar y tratar intoxicaciones por fentanilo. Esto incluye la formación en el uso de naloxona y otras intervenciones de emergencia.
2. Promover una cultura médica enfocada en la prevención y el tratamiento de adicciones: Fomentar una comprensión más amplia de la adicción como una enfermedad tratable y no solo como un problema criminal es fundamental para cambiar la perspectiva y el enfoque del tratamiento.
3. Garantizar la disponibilidad de antídotos: Asegurar que todos los hospitales y centros de salud tengan acceso a naloxona y otros tratamientos necesarios para manejar sobredosis de fentanilo es una prioridad.
4. Fortalecer la articulación del Instituto de Toxicología recién relanzado por el Ministerio de Salud: Este organismo debe ser un centro de referencia para la capacitación, investigación y tratamiento de casos de intoxicación por sustancias tóxicas, incluido el fentanilo.
5. Implementar una campaña educativa: La población en general debe estar informada sobre los riesgos del fentanilo y las medidas preventivas. Las campañas educativas pueden ayudar a reducir el uso de drogas ilícitas y aumentar la conciencia sobre la peligrosidad del fentanilo.
6. Mejorar la colaboración internacional: Trabajar con otros países y organizaciones internacionales para compartir información y recursos puede fortalecer la capacidad de la República Dominicana para enfrentar la crisis del fentanilo.
El tráfico y la producción de fentanilo no solo representan un problema de salud pública, sino también una amenaza para la seguridad nacional. La producción y distribución clandestina de fentanilo y otras drogas ilícitas son actividades que a menudo están vinculadas con el crimen organizado. Estos grupos criminales pueden utilizar los ingresos generados por la venta de fentanilo para financiar otras actividades ilegales, como el tráfico de armas y personas, lo que desestabiliza aún más la seguridad y el orden público.
Además, la infiltración de estas organizaciones en el país puede corromper las instituciones y socavar la gobernabilidad. Por lo tanto, abordar la crisis del fentanilo también requiere una respuesta coordinada de las fuerzas de seguridad y la implementación de políticas de justicia penal que sean efectivas y respeten los derechos humanos.
La posible presencia del fentanilo en la República Dominicana es un desafío importante para la salud pública y la seguridad nacional. Es necesario implementar estrategias integrales e interdisciplinares incluyendo campañas educativas, fortalecimiento de capacitación de los primeros respondedores y garantizar los recursos necesarios para diagnosticar y tratar casos de emergencia relacionados con el fentanilo. A través del aprendizaje de las experiencias internacionales y la implementación de soluciones efectivas, es posible abordar esta crisis y proteger la salud y el bienestar de la población dominicana. La colaboración entre el sector salud, las fuerzas de seguridad y la comunidad internacional será crucial para enfrentar este desafío de manera efectiva y sostenida.
Referencias:
Miami Herald. (2017). Fentanyl laced heroin and its contribution to a spike in heroin overdose in Miami-Dade County. Recuperado de https://www.miamiherald.com/news/health-care/article109231902.html
Bode AD, Singh M, Andrews J, Baez AA. Fentanyl laced heroin and its contribution to a spike in heroin overdose in Miami-Dade County. Am J Emerg Med. 2017 Sep;35(9):1364-1365. doi: 10.1016/j.ajem.2017.02.043. Epub 2017 Feb 28. PMID: 28268113.