Pensando

Reto ciudadano

Por la ausencia de ideologías políticas no hay respuesta a los grandes retos de la familia, generadora de acciones apegadas a la legitimidad como compromiso social. El crimen organizado es el lado oscuro de la globalización en organizaciones mafiosas, que han abandonado la marginalidad y se han instalado en el corazón de nuestro sistema político y económico. De ser así, no sería solo un reto político, sino también ciudadano. Una mafia es un estado paralelo, una especie de contra gobierno en la sombra, con normas, jueces, policías, impuestos, políticos e ideologías. Ese gobierno oculto se siente por encima de las leyes y fronteras, en un sistema de reglas propias. Una mafia se ocupa de los suyos y de su comunidad, como núcleo político de su organización. En materia de seguridad, ofrecen protección a sus miembros. Y lo peor, se hacen intocables dentro del sistema de partidos, conformando un modelo evolucionado de familia, empresa y burocracia económica soterrada. Las mafias disponen de escaparates legales, asociaciones deportivas, culturales, comerciales, políticas y hasta religiosas. Los dominicanos no somos la excepción, en nuestras actividades cotidianas hemos sentido los embates de acciones delictivas protegidas y silenciadas, sin una respuesta transparente que nos haga sentir liberados de estas organizaciones y sus propósitos. El reto es grande, pero valioso para las nuevas generaciones en el compromiso social de cambiar su futuro, que depende del valor de sus líderes y ciudadanos, capaces de lograr con civismo y sentido patriótico, un mejor destino para su nación.