Un desperdicio creativo

Lo que más hay en nuestro país son creativos publicitarios buenos. Profesionales con talento y capacidad de sobra para encaminar exitósamente cualquier tipo de proyecto publicitario. Actualmente no somos los últimos en la región en esta materia. Muchos creativos publicitarios dominicanos pueden exhibir cantidades importantes de galardones conquistados en los más competitivos y rigurosos festivales de publicidad del mundo, tales como Cannes Lions, Clío y Effie Adwards, entre otros.

No es necesario citar nombres, los que estamos en esta industria sabemos del potencial existente.

Pero parece que muchos asesores políticos y muchos candidatos desconocen esa realidad. Así como el hecho de que las campañas de mayor memorabilidad, de mayor impacto y recordación en la historia de la publicidad política del país, han sido escritas por creativos dominicanos. Nandy Rivas, Freddy Ortiz, Efraim Castillo, Sergio Forcadell, Rafael Céspedes, Raúl Bartolomé, René Alfonso, Ramón Saba, entre otros, han tenido aciertos importantes en este tipo de trabajo. Dadas estas realidades, no se entiende porqué los asesores políticos y los propios candidatos desprecian a estos talentos en sus campañas. Están desperdiciando esa reserva creativa y perdiendo la oportunidad de contar con campañas que brillen por su espectacularidad. Da la impresión de que en la mayoría de los casos (hay excepciones) quienes escriben esas campañas no cuentan con la calificación profesional para hacerlo.

Solo así se concibe la pobreza creativa de muchas campañas del pasado y del presente.