PUNTO DE MIRA
Hay que revisar la legislación electoral
Los dominicanos somos apasionados y así asumimos la política. Sin embargo, la campaña reciente ha sido de las más tranquilas quizá porque están en uso los medios digitales que permiten el desfogue, son más baratos y de gran eficiencia.
La nota discordante la dio el gobierno que usó los recursos del Estado y sus influencias para dejar sin recursos a la oposición y exhibió artes políticas que deberán ser analizadas para que no sean posible imitar en el futuro.
La administración de Luis Abinader concentró todo su poder para liquidar a sus adversarios y descuidó la terminación de obras de interés para el pueblo para dedicar esos recursos a la publicidad política de su candidatura.
Pero ya eso es parte de la historia.
Los asesores políticos, aves migratorias que a veces poco les importan las consecuencias de aberrantes sugerencias, aportan experiencias tomadas de otros países usadas por ganadores y perdedores y así se convierten en agentes transmisores de enfermedades para el cuerpo político. Eso y las encuestadoras no inscritas en la JCE deben ser penalizadas y legislar para que no se cuelen ya que se corre el riesgo de que no sean instituciones fiables.
En el pasado había la legislación para que las obras de ingeniería a cargo de extranjeros tuvieran una contraparte dominicana. Quizá se podría hacer algo similar con las agencias de investigación de mercado para que un socio dominicano los ponga en el orden y compartan las penalizaciones de rigor.
El tema del transfuguismo es otra tarea por delante para evitar que el uso del dinero del erario pueda mellar la fortaleza de la oposición. Esto es delicado porque está de por medio la libertad de asociación, pero se pueden dar pasos que al menos limiten la compra de vagabundos que están en política buceando los recursos del Estado.
Otra tarea pendiente para el próximo cuatrienio es la cantidad de recursos que puede usar un gobierno para dedicarlos a la publicidad política. Esta partida consignada en el presupuesto debe ser especializada para propósitos definidos ya que se tiene que evitar el uso obsceno de recursos públicos para beneficio del partido de gobierno.
Los partidos políticos deben asumir las experiencias de cada proceso electoral para elevar la calidad de la competencia toda vez que el país registra un aumento de la abstención electoral, algo resultante del cansancio del ciudadano a las malas prácticas de los partidos y gobiernos.
Los partidos son los principales instrumentos de la democracia y deben ser vigilados por los mismos actores políticos para que no desnaturalicen su función. La legislación dominicana debe asumir cuantos pasos sean necesarios para fortalecer todas las instituciones sobre todo a los colectivos políticos que son instrumentos básicos de servicio público.
Cuando concluya todo el proceso electoral los dirigentes políticos deben mirar hacia adentro y pensar que todo lo malo que hagan contra sus adversarios podría ser usados en su contra en otra campaña. Lo que va, viene.