La automatización lectora: ¿Una tarea pendiente?
Montar bicicleta no se aprende por correspondencia. Requiere una musculatura tonificada, un balance controlado, un patrón de marcha específico y una velocidad adaptable. Los ciclistas emergentes aprenden a montar bicicleta... montando bicicleta. Pero no empezaríamos con una bicicleta de montaña avanzada; se comienza con un triciclo y se progresa gradualmente con ruedas traseras, sin ruedas traseras y con bicicletas más complejas. Del mismo modo, aprender a leer es una habilidad compleja que demanda desarrollo de habilidades y mucha práctica.
La “automatización lectora” se refiere a la eficiencia de los lectores en el reconocimiento de palabras. La consecuencia de haber logrado la automatización lectora es que la persona lee con velocidad y entonación adecuadas. Es decir, que ya no tiene que dedicar muchos recursos cognitivos a decodificar letra por letra, silabeando para reconocer una palabra, sino que puede dedicar mayores recursos cognitivos a comprender lo que lee. Esta liberación de recursos cognitivos le permite hacer inferencias desde su propio conocimiento en relación con el contenido que está leyendo. Al igual que en la bicicleta, la automatización lectora se logra mediante la práctica que potencie e integre los precursores de la lectura, como el conocimiento de la lengua oral, conciencia fonológica, principio alfabético, fluidez, entre otros.
La evaluación diagnóstica más reciente en la República Dominicana reveló que el 51.1% de los estudiantes de tercer grado tienen dificultades con la automatización lectora, evidenciadas por no poder leer más allá de las combinaciones grafemas-fonemas, lo que obstaculiza su comprensión lectora. Esto subraya la importancia de intervenir en las habilidades precursoras de la comprensión lectora desde etapas tempranas.
Desde 2015, en la Universidad Iberoamericana hemos creado un acervo de investigaciones entre las que encontramos que los estudiantes dominicanos de segundo grado puntuaban por debajo de lo esperado en todos los precursores de la comprensión lectora. Estos incluían comprensión oral, conciencia fonológica, conocimiento de las letras, reconocimiento de palabras y fluidez. Si bien este hallazgo no es alentador, proporciona una base clara sobre las habilidades específicas que debemos fortalecer en nuestra población estudiantil.
En cuestiones de enseñanza de la lectura, todo es importante: la motivación a la lectura, el ambiente letrado, la diversidad textual, la formación de los docentes, el fortalecimiento de la conciencia fonológica, el conocimiento del principio alfabético, la decodificación, la fluidez, la práctica lectora independiente y acompañada, la escritura, la lectura por placer, las estrategias de comprensión lectora, etc. Nos toca reflexionar bajo la luz de la evidencia científica internacional, andamiados por la evidencia local, y determinar cómo organizar todas estas prioridades de una forma estandarizada que garantice el fortalecimiento de los precursores de la lectura, de manera que se logre la automatización lectora. Esto permitiría a los estudiantes acceder al lenguaje que trae consigo el texto, y los llevaría a usar propio conocimiento para entenderlo e interpretarlo.
Cuando se logra la automatización lectora a tiempo, las ganancias educativas son exponenciales, permitiendo a los niños abordar la lectura para comprender y aprender. Por otro lado, cuando esta automatización no se alcanza, las pérdidas educativas son significativas. Por cada año que un niño lee con demasiado esfuerzo, es un año perdido en cuanto a contenido. Sin la habilidad de leer con fluidez, la comprensión y el aprendizaje se ven seriamente limitados. Esta puede ser una de las razones de las puntuaciones bajas de los estudiantes del país en las pruebas internacionales que miden el uso especializado del lenguaje escrito.
La automatización lectora es el paso crucial de “aprender a leer” a “leer para aprender”, facilitando el acceso al conocimiento escrito y enriqueciendo el aprendizaje. Sin embargo, alcanzar este hito requiere una combinación de factores, incluida la enseñanza efectiva, el acceso a recursos adecuados a la etapa lectora y el apoyo continuo para los estudiantes para los que la lectura es un desafío.
Abordar la automatización lectora es una tarea pendiente en la República Dominicana y en muchos otros países. Requiere un compromiso colectivo para proporcionar a los estudiantes las herramientas y el apoyo que necesitan para tener éxito en la lectura y, en última instancia, en su educación. Enfocado en el desarrollo de habilidades desde una edad temprana y la implementación de estrategias efectivas de enseñanza, así como unos materiales apropiados para la práctica lectora independiente, podemos trabajar hacia un futuro donde todos los estudiantes dominicanos puedan leer con fluidez y comprender el mundo que los rodea a través de la palabra escrita.
La autora es psicóloga, directora del Laboratorio de Neurocognición y Psicofisiología de Unibe (Neurolab), miembro de número de la Academia de Ciencias de la República Dominicana y miembro titular de la Carrera Nacional de Investigadores en Ciencia, Tecnología e Innovación.