La juventud de Sócrates en la ONU

“¡Juventud, tesoro divino!“, esta frase del famoso poema de Rubén Darío, la repetía mi abuela constantemente, refiriéndose a esa edad dorada sin compromisos y sin preocupaciones.

Sin embargo, mi encuentro con Daniel del Valle Blanco, Embajador y Observador Permanente del Organismo Internacional de Juventud (OIJ) ante las Naciones Unidas, el embajador más joven ante esta organización, reveló un joven con ardo compromiso profesional y una calidad humana excepcional.

Enhorabuena han cambiado los tiempos, años atrás, cuando hablábamos de un embajador en cualquier área diplomática, se proyectaba automáticamente una persona de mayor edad.

Mientras recorríamos los majestuosos salones de la sede de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York, construidos en el 1952, Daniel del Valle, con su diálogo y su capacidad de profundizar en un tópico y de verlo dentro del marco de un contexto más amplio, le hace un ser superior, cuán un alumno de Sócrates.

A propósito de Sócrates quién dijo: “Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros.”

A nadie le sorprendería escuchar esta frase en la actualidad de nuestros tiempos, citada por el ilustre filósofo 2’500 años a.C, y si bien recuerdo, fue condenado a muerte por las autoridades de Atenas, en 399 a.C, acusado por corromper la juventud.

Deslumbrada por los hermosos obsequios internacionales en los pasillos diplomáticos de la ONU, Nueva York, retomo la trayectoria de Daniel del Valle, ciertamente una figura destacada en el mundo de la Diplomacia, su formación intelectual abarcan diversos campos, si bien sus estudios universitarios se centraron originalmente en Derecho, su pasión por empoderar la juventud y abordar los desafíos globales lo llevó a explorar campos interdisciplinarios.

Previo a su actual cargo, Daniel ya ha ocupado roles de alta importancia como el de Agregado de Asuntos Políticos y de Juventud en la Misión Observadora Permanente de la Soberana Orden de Malta ante las Naciones Unidas, así como el de Asesor de Políticas de Juventud en la Misión Permanente de la República Eslovaca ante las Naciones Unidas.

Simultáneamente preside el Consejo de Juventud de ONU Hábitat (Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos).

Si se quieres cambiar el futuro, es importante la inclusión de los jóvenes de manera formal en cargos públicos y procesos políticos, así se fomenta la equidad y se contribuye a la creación de políticas sociales más sostenibles.

Daniel del Valle, es definitivamente un joven promesa y es conocido por líderes internacionales y Gobiernos, como el de la República Dominicana, Panamá, El Salvador, y otros organismos de carácter público, por ejemplo el Parlamento Centroamericano y el Parlamento Andino.

No obstante, en nuestro recorrido noté la presencia y dinámica aglutinante de jóvenes con un compromiso real y unidad operativa, implementando estrategias conjuntas: sacudiendo el presente, creando futuro.

Felicito la iniciativa e importancia de una representación juvenil diplomática, que refresca la imagen de las Relaciones Internacionales, los Derechos Humanos y las Naciones Unidas.

Oh, gran Sócrates, maestro de Platón, maestro de Aristóteles, aquí veo un ejemplo de tu Magnum Opus, en el compromiso de Daniel del Valle Blanco, que lleva como lema de vida, “Los sueños llegan solos, la esperanza solamente con acción”, a lo que añade observando el horizonte sonriente : “Juntos hacemos tiempos mejores”.

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