SIN PAÑOS TIBIOS

Todo es política

A nueve días de las elecciones, uno no ve la hora de que esto acabe pronto; que gane quien tenga que ganar y que pierda quien tenga que perder; que celebremos el gastado cliché de “fiesta de la democracia”; que al otro día podamos pasar página y olvidar la política… por un tiempo.

En todo caso, saldremos de esto pronto porque cada vez salimos más rápido de esto. Atrás quedaron los años en que uno se acostaba ganado y amanecía perdido; o se iba la luz; o se paró el conteo; o los militares rodearon la Junta; o “colosal” era un adjetivo generalizado….

¡Cuánto ha avanzado nuestra democracia! El nivel de madurez que hemos alcanzado debiera hacernos sentirnos orgullosos de ella. Lo de febrero de 2020 fue la prueba de fuego a un sistema que mostró una fortaleza y un sentido de responsabilidad histórica sin precedentes… Sin ir más lejos, de haber ocurrido en algún país andino, quizás todavía estuvieran peleando.

Así como faltan pocos días, así la política centraliza cualquier opinión, debate, análisis o escrito. Si los lectores se sienten agobiados ante tantos artículos que solo hablan de política, quienes los escriben, aún más. Es como caerle atrás a una pelota que no para de rodar; a un tema que se alimenta a sí mismo de los despojos que dejan a su paso los políticos; como buscarles un sentido a los períodos de “reflexión” que preceden los saltos de garrocha de un partido a otro; los líos en las boletas; el tumbe que le dieron a Paz en la Fuerza del Pueblo; los pataleos, las quejas, las observaciones legítimas, los chismes partidarios...

En fin, que a vísperas de las elecciones es imposible no escribir sobre política en un país donde la política lo es todo, aunque uno no quiera hacerlo. Incluso cuando a conciencia se asume la decisión de escribir sobre cualquier banalidad todos los viernes, la política hará que uno escriba mañana sobre la encuesta Gallup-RCC Media que saldrá esta tarde; que seguro dirá lo que todas ya han dicho –porcentajes más o menos– pero, en fin, que todo está dicho y, aún así, habrá que escribir de ello porque será una de las últimas encuestas y tocará analizarla, destriparla, procesarla, glosarla… porque toca. De la misma forma que tocaría entonces no escribir hoy sobre política; tomar un respiro y pensar en la ciudad, esa que se inunda o se “entapona”; o en la joven hermosa de pelo negro que llevaba los pantalones blancos el otro día en Local 3; porque siempre es propicio hablar sobre los pantalones blancos que usan las mujeres hermosas, y más si son cibaeñas; porque la vida es un momento y no se acaba en mayo, ni en agosto, ni en el 2024, ni en el 2028, sino que termina en el fondo de aquellos ojos negros que te miran detrás de un Gin Tonic, desde el otro lado de la barra.

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