OTEANDO
Renovación, valor y capacidad de acierto
Después de las elecciones presidenciales y congresuales de mayo pasado, en las que el Partido de la Liberación Dominicana quedó en tercer lugar, la mayoría de la población pedía a gritos una renovación total de ese colectivo: un cambio en su estructura dirigencial, la reformulación de estrategias capaces de rescatar la confianza perdida por sus bases, y la vuelta a los principios que le dieron origen, en cuanto lo permitan los nuevos tiempos, a los que, de seguro, se impone acomodar una pretensión tal. El PLD no se hizo esperar y, consciente de que un partido se debe al pueblo y a su militancia, convocó de inmediato una reunión de su comité político para responder a ese reclamo de renovación. El ex presidente Danilo Medina puso de manifiesto las razones por las que hubo de hacerse cargo de la presidencia de ese partido, en la coyuntura que lo hizo, recordándoles a los presentes que, cuando asumió esa responsabilidad, expresó con claridad meridiana que desempeñaría el cargo hasta la realización del próximo congreso del partido, mismo que está próximo a realizarse y que, además, no aspirará de nuevo a esa posición. Igual decisión anunció el señor Charles Mariotti, secretario general del colectivo, y mas recientemente, el señor José Ramón Peralta.
A la arena ha salido el joven Juan Ariel Jiménez, manifestando que quiere ser un elemento útil en ese proceso de renovación. Le escuché en el programa “El gobierno de la mañana” y, de verdad, quedé persuadido de que, a lo interno de ese partido impera una vocación sincera de corresponder con las exigencias que le ha hecho la sociedad. Y más aún, pienso que hacen bien en obrar de tal manera, pues, de lo contrario, se estarían desconectando de su razón de ser: esa necesidad social de representación política idónea.
Felicito sinceramente al Partido de la Liberación Dominicana, por ese ejercicio autocrítico que podría ayudarlo a recomponerse si saben entender que renovación no implica necesariamente darles a los viejos la patada mortal, sino que ella podría ocurrir a partir de una perspectiva crítica con disposición manifiesta de mezclar la experiencia con el vigor. Porque, como decía Saramago: “…la juventud no sabe todo lo que puede y la vejez no puede todo lo que sabe”. Razón por la cual, deberán hacer esa necesaria simbiosis. Estimo juiciosa las decisiones tomadas en el marco de la última reunión de su comité político. Les toca pelear abajo, y es ahí desde donde se demuestran el valor y la capacidad de acierto.